2022), entre las personas que afirmaron haber consumido cristal de MDMA en el último año (n = 1004), el 32,1 % dijo haberlo esnifado, siendo la cuarta vía más habitual después de las “mojaítas” (76,3 %), disuelto en una bebida alcohólica (62,9 %) y en “bombitas” (34,8 %). Entre aquellas que habían consumido MDMA en comprimidos alguna vez en el último año (n = 939), un 41 % afirmó haberlos esnifado. Al indagar en las razones que podían explicarlo, parece que el hecho de que el esnifado sea menos doloroso que con el cristal y que, para algunas personas, el uso de la vía oral les produce molestias gastrointestinales, son dos de los motivos principales. La predilección del esnifado puede explicarse por dos razones: por el efecto que las sustancias hacen cuando se utiliza esta vía y por todo lo que rodea al hecho de esnifar. Y es que las fosas nasales son una zona muy vascularizada y, de hecho, en el ámbito médico es una reconocida alternativa a la administración de medicamentos de manera oral o parenteral (Pires, Fortuna, Alves y Falcao, 2009). Por ejemplo, la vía nasal es especialmente útil cuando se tienen que administrar medicamentos que puedan degradarse rápidamente en el fluido gástrico, en personas que absorben poco por los intestinos o cuando se toman fármacos que son metabolizadas casi por completo en el hígado. Ejemplos de medicamentos que se administran nasalmente hay muchos: desde los clásicos descongestionantes nasales hasta fármacos para el reemplazo hormonal, el tratamiento de la osteoporosis menopáusica o el manejo del dolor. Sin embargo, también existen placeres que están asociados al hecho de que se trate de una práctica social y colectiva en la que se comparten las sustancias, los efectos, la gestión del consumo y hasta las consecuencias negativas. 100 Control de riesgos “ “ MUCHAS DE LAS PERSONAS QUE PARTICIPARON EN EL OBSERVATORIO, AL HABLAR DEL ESNIFADO, UTILIZABAN LA PALABRA “RITUAL” PARA DESCRIBIR EL CONJUNTO DE PRÁCTICAS QUE RODEABAN AL HECHO DE PREPARAR LA SUSTANCIA Y CONSUMIRLA El esnifado es una práctica placentera en muchos sentidos pero que no excluye del seguimiento de unas mínimas normas de higiene y cuidado
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