Cannabis Magazine 230

112 donde se mezclaban canciones de dibujos de la época (Mazinger Z, Orzowei…) con otros temas y composiciones de público más adulto, por definirlo de alguna manera, aunque igual de pachangueras (Bonie M, Abba…) que sonaban en un simpático lector de discos de singles. Sin embargo, en la primera adolescencia ya renegábamos de todo esto y buscábamos incansablemente inspiración para nuestra nueva rebelión, girando sin cesar nuestra pequeña ventana al mundo: el dial de la radio. Hay que entender que la cultura musical en España era entonces masivamente folclórica en el peor sentido de la palabra, y las emisoras para jóvenes eran excesivamente melódicas, también en el peor sentido. Tenías a Lola Flores y Manolo Escobar en unas y a Camilo Sesto o José Luis Perales en otras, y aunque, en ocasiones, a las emisoras se les podía colar algún tema de rock, estos eran agujas en un pajar demasiado grande. No existía internet, pero sí el boca a boca, y gracias a esto muchos sabíamos de la existencia de grupos como los Rolling, The Kings, The Shadows… y a pesar de que era muy complicado conseguir sus discos, una vez que alguien se hacía con uno, nos lo rulábamospara realizar cientos de copias piratas en radiocasete que, a su vez, se repicaban exponencialmente. O sea, de un disco traído de Londres o París podrían salir miles de radiocasetes Aquellos tiempos “ “ESPAÑA ERA ENTONCES MASIVAMENTE FOLCLÓRICA EN EL PEOR SENTIDO DE LA PALABRA

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