El uso de los psiquedélicos para el tratamiento de enfermedades mentales es una cuestión que lleva ya algunas décadas generando interrogantes y motivando investigaciones científicas llevadas a cabo por la comunidad médica, pues se conocen o atisban posibles usos terapéuticos para estas sustancias. Actualmente, la psilocibina, la MDMA o la LSD, entre otras, se encuentran en la lista de sustancias prometedoras para el tratamiento de la depresión, la ansiedad, las adicciones o el estrés postraumático, entre otros trastornos y problemas. El siglo pasado ya alumbró un importante interés por estudiar los efectos de estas sustancias, pero desgraciadamente, la mala praxis y, sobre todo, las políticas de prohibición y estigmatización de las sustancias psicoactivas que se desarrollaron, muy especialmente las estadounidenses, frenaron en seco el avance investigador. No obstante, la ciencia parece abrirse camino y, si bien muchas iniciativas en este campo fueron sofocadas, el estudio del cerebro humano y el renacer del movimiento psiquedélico, como muchos convienen en denominar a la época en la que nos encontramos, ha traído aparejado un necesario impulso para los estudios profundos. En lo relativo a trastornos neuropsiquiátricos, es conveniente recordar que la mayoría de los medicamentos que 23 Partes de una neurona (Sanu N, CC BY- SA 4.0, Wikipedia) “ “EL USO DE LOS PSIQUEDÉLICOS PARA EL TRATAMIENTO DE ENFERMEDADES MENTALES ES UNA CUESTIÓN QUE LLEVA YA ALGUNAS DÉCADAS GENERANDO INTERROGANTES Y MOTIVANDO INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS Neurona (srgpicker, CC BY 2.0, Wikipedia)
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