fueron las que pusieron sobre la mesa los primeros indicios acerca del poder de los psiquedélicos para alterar las neuronas. Olson planteó, por vez primera, la hipótesis de que la ketamina, no solo provocaba efectos analgésicos y sedantes, sino que poseía la facultad para promover el crecimiento de las dendritas en ratones. Las dendritas, por ser más exactos, son las partes membranosas de una neurona (célula nerviosa), que se prolongan desde su cuerpo neuronal, es decir, tienen el aspecto de pequeñas ramas, hilos o antenas que salen del cuerpo celular (soma) de una neurona. Su función es la transmisión de información. Cada neurona transmite información mediante sus dendritas y axones: las dendritas constituyen las vías de entrada para los impulsos nerviosos; mientras que los axones son las vías de salida de los impulsos. La mayor parte de las neuronas cuenta con varias dendritas, que pueden extenderse en un área considerable: de hecho, cuando se consideran todas las dendritas de todas las neuronas de un cerebro humano –compuesto, según se estima, por 100.000 millones de neuronas–, su longitud puede alcanzar unas 100.000 millas si las colocamos en fila. Recientes estudios tratan de ahondar también en el conocimiento de las funciones de las dendritas, pues según sabemos hasta ahora, no solo están implicadas en la transmisión de información; sino que, además, tienen un importante rol en la formación de recuerdos a largo plazo. Comprender mejor su funcionamiento puede suponer también lograr un importante conocimiento acerca de ciertas enfermedades neurológicas, el envejecimiento o el estrés; y facilitar el desarrollo de tratamientos de mayor efectividad para aquellas enfermedades asociadas a la alteración de las funciones de las dendritas. “ “SE SUMARON POSTERIORMENTE ALGUNOS ESTUDIOS QUE MOSTRARON QUE LA KETAMINA FUNCIONABA COMO UN POTENTE ANTIDEPRESIVO Y ERA, POR TANTO, SUSCEPTIBLE DE USARSE PARA EL TRATAMIENTO DE LA DEPRESIÓN Neurona y dendritas (IMGMIDI, CC0, Pixabay) 25
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