Cannabis Magazine 230

33 Junto con los cannabinoides, los terpenos se producen en unos “pelitos” que tienen las flores de las plantas hembra, llamados tricomas glandulares. Estos constituyen la resina de la marihuana, motivo por el que la calidad de las flores suele juzgarse, en primera instancia, por la cantidad de resina o tricomas que contienen. ¿Cómo se producen los principales cannabinoides? Aunque existen más de un centenar de fitocannabinoides, los que se producen en mayor cantidad son el THC y CBD. Por esta razón, muchas veces se denominan cannabinoides principales. La planta de cannabis no los produce directamente, sino que da lugar a sus formas ácidas no psicoactivas, que son el THCA y CBDA. Ambas sustancias pasan a su forma neutra (THC y CBD) por el efecto de la luz y el calor, mediante un proceso pasivo que se conoce como descarboxilación. No obstante, antes de constituir estas formas ácidas, ambos cannabinoides pasan por una sucesión de estados que los transforman en lo que son, partiendo de una sustancia inicial común: el CBGA o ácido cannabigerólico. A los procesos de síntesis que siguen los cannabinoides para transformarse en THC, CBD u otro, se les conoce como rutas biosintéticas. En el caso que nos ocupa, será la genética de la planta la que determinará la proporción de THC y CBD a producir. Según los resultados de un estudio publicado en 2015, la producción de las enzimas sintasas del THCA o CBDA se determina en dos loci concretos vinculados entre sí1. Su combinación alélica puede dar lugar únicamente a tres a quimiotipos: uno con gran cantidad de THCA (quimiotipo I), otro con cantidades similares de ambos cannabinoides (quimiotipo II) y un último con gran cantidad de CBDA (quimiotipo III). Si bien este estudio logró determinar a qué se debe exactamente la cantidad de THC, CBD o ambos que puede producir una planta, la existencia de estos quimiotipos ya se conocía desde principios de la década de los 2000. De Meijer et al publicaron en 2003 los resultados de su estudio sobre los quimiotipos del cannabis, en el cual confirmaron la existencia de estos tres quimiotipos, así como la relación genética de codominancia que mantienen, ya que al cruzar plantas del quimiotipo I (alto contenido de THC) con otras del quimiotipo III (alta producción de CBD), obtuvieron descendencia del quimiotipo II (producción similar de ambos cannabinoides)2. Cómo mejorar la producción de resina A raíz de lo todo lo explicado en los párrafos anteriores, puede deducirse fácilmente que, si queremos lograr una cosecha con altas cantidades de THC o CBD y terpenos, debemos centrarnos en favorecer la producción de resina. Igual que ocurre con la síntesis de estos cannabinoides principales, la producción de tricomas está, en parte, determinada a nivel genético. Por ende, el primer paso para lograr una gran cantidad de resina consiste en seleccionar para nuestro cultivo aquellas variedades que puedan llegar a producirla. Estas plantas, además de ser más potentes en lo referente al efecto, también son muy sabrosas y olorosas. Pero, aparte de la genética, los factores ambientales también influyen en la cantidad de tricomas, por lo que debemos brindar a las plantas las condiciones idóneas para que esta sea alta. Es decir, si queremos acercarnos al nivel máximo de THC o CBD que, por genética pueda llegar a tener una planta en concreto, debemos ofrecerle los cuidados necesarios para ello. La marihuana fresca tiene una resina clara y fragante “ “ SI QUEREMOS LOGRAR UNA COSECHA CON ALTAS CANTIDADES DE THC OCBD Y TERPENOS, DEBEMOS CENTRARNOS EN FAVORECER LA PRODUCCIÓN DE RESINA

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