Cannabis Magazine 234

106 sistema cannabinoide endógeno dos grandes receptores, que son estructuras de tipo proteicas que se encuentran en las células de ciertas áreas y órganos del cuerpo humano. Son conocidos como CB1 y CB2, y existen en una lista enorme de lugares del cuerpo humano (con sus correspondientes funciones en cada uno de ellos). Los podemos encontrar en todo el cerebro prácticamente, bulbo olfativo, ganglios basales, médula espinal, glándula pituitaria, tiroides, glándula adrenal, células adiposas, células musculares, células hepáticas, tracto digestivo, pulmones, riñones, retina, sistema reproductor masculino y femenino (incluida la placenta en el embarazo), timo, bazo, sistema inmune y algunos lugares más (que se conozcan de momento). Esa enorme ubicuidad en tantos puntos del cuerpo humano nos da una imagen de la tremenda importancia para el buen funcionamiento de este en innumerables aspectos que tiene dicho sistema. Pero, aunque sabemos que existen esas cerraduras en todos esos lugares, no conocemos con exactitud suficiente qué controlan o qué efectos tienen en cada uno de ellos, y especialmente comparando con otros sistemas del cuerpo que son mucho mejor comprendidos hoy en día. ¿Por qué el sistema endocannabinoide es tan desconocido si parece tener una importancia vital? La respuesta se debe a una cuestión muy simple: es de los últimos sistemas en ser descubiertos. ¿Por qué no lo descubrieron antes si es tan vital y extendido? Pues porque los sistemas endógenos se descubren cuando se descubre alguna de las llaves producidas por el cuerpo humano que los hace funcionar, y esa búsqueda no se produce hasta que se es consciente de que tienen que existir. En el caso de los cannabinoides y su sistema, no se encontraron y se empezaron a estudiar antes porque la gran sustancia activa no producida por el cuerpo que demostraba su existencia (el THC o tetrahidrocannabinol) era una molécula con una característica distinta a la mayoría de sustancias activas: no era un alcaloide. ¿Qué quiere decir esto? Pues que la molécula responsable de los efectos psicoactivos del cannabis no tenía un pH básico, por no contener nitrógeno, como tienen la mayoría de drogas con efectos sobre el cuerpo salvo contadas excepciones (como el alcohol). Esta falta de nitrógeno en su estructura hizo que la búsqueda del principio activo del cannabis ―a pesar de ser una planta con miles de años de uso humano― fuera inicialmente mucho más complicada porque se buscaba una molécula que lo contuviera, por lo que el descubrimiento del THC ―principio activo del cannabis psicoactivo― se retrasó tanto en el tiempo. No se descubrió hasta 1964 por el químico israelí Raphael Mechoulam, y tras ello se pudo buscar el compuesto endógeno (producido por el cuerpo humano) que encajaba en la misma cerradura que el THC ―partiendo de la base de que, si algo de fuera produce un efecto, es porque en el cuerpo existe un mecanismo propio para ello― y eso no ocurrió hasta 1992, cuando William Devane consiguió aislar la anandamida partiendo de tejidos cerebrales del cerdo. A partir de ese momento, una vez que se conoció una de las llaves que hacían funcionar el mismo sistema que activaba el cannabis (presente en todos los mamíferos) y generada por el cuerpo humano, es cuando se pudo empezar a estudiar el sistema en el que encajaba dicha llave y otras que se irían descubriendo posteriormente. Esa fecha, comparada con la de cualquier otra droga o principio activo, es muy tardía y esa es la razón por la que el sistema cannabinoide endógeno es el gran desconocido todavía, y más en proporción a su importancia vital. Hablamos de hace poco más de treinta años y eso, en investigación científica de este tipo, es casi el inicio de todo lo que hay que aprender (siendo conscientes de que siempre se sigue averiguando más de casi todos los sistemas). El Rimonabant, supuestamente, el primer antagonista del receptor CB1 En el año 1994, solo dos años después del descubrimiento de la anandamida y lo que eso implicaba en cuanto a poder estudiar el sistema cannabinoide, la compañía farmacéutica Sanofi-Aventis, desarrolló el primer antagonista del receptor CB1, y lo llamó SR141716 inicialmente. Empezaron a buscarle alguna utilidad, viendo que era capaz de antagonizar la mayoría de los efectos provocados por el Reportaje Molécula de THC y su estructura, que nada tiene que ver con la de los cannabinoides sintéticos ―lúdicos o médicos―, por lo que no podemos saber su metabolismo y las consecuencias reales de su uso en humanos “ “HASTA 1992, WILLIAMDEVANE NO CONSIGUIÓ AISLAR LA ANANDAMIDA. UNA VEZ CONOCIDA, SE PUDO EMPEZAR A ESTUDIAR EL SISTEMA SOBRE EL QUE ACTUABA: EL CANNABINOIDE

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