Cannabis Magazine 234

108 que estaban desarrollando moléculas similares, como el Taranabant de la compañía Merck, cerraran dichos estudios porque los riesgos superaban enormemente los supuestos beneficios. Y, por fin, llega la prohibición Finalmente, la realidad se impuso y la Agencia Española del Medicamento decretó en 2008 su prohibición, y dio orden de detener todo tratamiento con el Rimonabant. En ese momento, en España, lo tomaban o habían tomado más de 3.000 personas. Por suerte, lo desagradable de las sensaciones que provocaba a los pacientes, hizo que muchos dejasen de tomarlo mucho antes, evitándose, sin saberlo, problemas que pasaban por cosas tan graves como la psicosis o el suicidio. A pesar de todo, un 10 % de los usuarios presentaron trastornos depresivos o alteraciones de humor y hasta un 1 % tenía ideas suicidas. De momento, la experiencia nos ha enseñado algunas cosas que parecen muy claras: el cannabis y sus compuestos, son muy seguros y les respalda miles de años de uso humano. Al mismo tiempo, los cannabinoides sintéticos (aquellos que no son una pequeña variación de las moléculas existentes de forma natural ―como por ejemplo el H4CBD― y que metabólicamente lo más común es que se comporten de forma similar a los naturales), suelen provocar daños gravísimos, tanto los de uso lúdico como los de uso médico. En los de uso lúdico, para conseguir efectos psicoactivos, hay casos de muerte con una o dos caladas en algunos de los que llegaron al mercado. En los de uso médico, aún tenemos el recuerdo del caso del BIA 10-2474 que desarrolló una compañía portuguesa y, en el año 2016, en un ensayo clínico con ese compuesto en Francia, sufrieron daños severos cinco participantes y uno de ellos perdió la vida. El estudio para humanos de dicha molécula, por supuesto, se abandonó en el acto. Como último detalle curioso sobre el Rimonabant, en abril de este año, en España, se ha comenzado un estudio con pacientes con lesión medular incompleta, ya que, administrado a ratas con ese tipo de daños, se pudo observar que parecían caminar mejor. En este caso, la dosis que están administrando es de 5 miligramos, que es una cuarta parte de la dosis que se daba en el Acomplia (20 miligramos) para adelgazar, y esperan que así no se sufran los brutales efectos secundarios que hicieron que esa medicación batiera el récord en rapidez desde que se aprueba hasta que se retira esa aprobación: apenas dos años y unos meses, para pasar a estar prohibida a nivel mundial. De todas formas, nunca debió llegar a existir como fármaco, y deja claro que tocar el sistema endógeno cannabinoide con moléculas totalmente nuevas es equivalente a organizar una maratón sobre un campo de minas: puede que muchos se salven, pero con seguridad habrá un montón de muertos y heridos en el camino. Esperemos que las farmacéuticas y las agencias regulatorias que dan las aprobaciones hayan aprendido la lección: el sistema cannabinoide nos puede abrir la puerta a tratamientos en decenas de trastornos, pero nos faltan décadas de estudio e investigación ―seria y éticamente― correcta para poder dar pasos seguros al intentar manejarlo con moléculas completamente artificiales. Reportaje Hachís que contiene un 70 % del compuesto H4CBD, que es una ligera modificación sintética de la molécula del CBD “ “EN POCO MÁS DE DOS AÑOS, LOS MISMOS QUE HABÍAN APROBADO EL USODEL RIMONABANT, PROHIBIERON SU VENTA Y USO POR LOS TERRIBLES EFECTOS SECUNDARIOS QUE INCLUÍAN PSICOSIS, ANSIEDAD Y SUICIDIOS ENTRE SUS USUARIOS Paquetes que contienen materia vegetal no psicoactiva, mezclada con los terribles cannabinoides sintéticos que pueden causar incluso muertes. Usan imágenes evocadoras del cannabis para facilitar su venta

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