Cannabis Magazine 234

La afición por las drogas no es un asunto exclusivo de nuestra especie. Muy al contrario de lo que puede creerse, algunos animales también le pegan al quenqueo se privan por las setas alucinógenas, en lo que parece ser un auténtico ejercicio de disfrute. Eso sí, nada tiene que ver el goce buscado a voluntad, con la borrachera impuesta e indeseada. No es lo mismo el reno que parece seleccionar como alimento la Amanita muscariay que luego retoza con alegría, que el perro que se ha tragado un diazepam por error mientras olisqueaba debajo de la mesa a la captura de unas pocas migas de pan, o el oso que esnifó cuatro gramos de cocaína que encontró tiradas en el bosque. La distinción es importante: el reno parece elegirlo (sin intermediación humana), y el perro y el oso se encuentran ante un problema provocado por un descuido humano. Para el oso el problema resulta letal. El perro intoxicado, en el mejor de los casos, acaba en el veterinario. ¿Y qué hay de esos que conscientemente dan drogas a los animales? Pues bien, para ellos, la nueva ley de protección animal lo tiene claro. De todas estas posibles situaciones de relación entre animales y drogas te hablamos a continuación y también en nuestro próximo número de la Cannabis Magazine. 23 El saludo de la oveja (Rawpixel, CC0, Rawpixel) “ ““SIN JUSTIFICACIÓN TERAPÉUTICA NI PRESCRIPCIÓN VETERINARIA CUANDO SEA PRECEPTIVA”, EL SUMINISTRO DE DROGAS A UN ANIMAL ESTÁ TIPIFICADO COMO DELITO DE MALTRATO

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