Cannabis Magazine 234

33 El abonado: uno de los factores de mayor influencia en la salud radicular Tal como se explica en párrafos anteriores, las raíces se encargan de absorber el agua y los nutrientes. Por tanto, debemos abonar de forma que puedan seguir haciéndolo y tener en cuenta los requisitos nutricionales de cada fase del ciclo vital de las plantas. Cuando empleamos fertilizantes líquidos, lo normal es irlos cambiando en función de si el cultivo está en fase vegetativa o en floración. Pero, cuando cultivamos en tierra madre, lo más barato y conveniente es acondicionar el suelo antes de sembrar por tal de aportar los nutrientes necesarios para todo el cultivo. En cualquier caso, para mantener la salud del entorno radicular es imprescindible no excederse con el abono. Una alta cantidad de sales minerales en el suelo o sustrato puede dañar las raíces y, paradójicamente, dificultar la absorción de nutrientes. Si nos hemos decantado por los fertilizantes líquidos, durante la fase de crecimiento, aportaremos abonos nitrogenados, incrementando la dosis a medida que las plantas ganan altura. Antes de la floración, debemos reducir el fertilizante de crecimiento para irlo sustituyendo por abonos ricos en fósforo y potasio. Además, el cultivo también requiere micronutrientes, por lo que es recomendable usar complementos, como potenciadores o estimuladores. Por otra parte, si hemos optado por abonar directamente el sustrato, o bien, vamos a cultivar en tierra madre, lo ideal es emplear humus de lombriz y estiércol de oveja o harina de sangre para la etapa vegetativa, así como guano de murciélago o harina de huesos y ceniza de madera para la fase de floración. Los primeros contienen nitrógeno y La buena salud radicular se refleja en la parte aérea de la planta Durante el paso de crecimiento a floración, debemos adaptar el abonado “ “ SI NECESITAMOS MEJORAR LA CAPACIDAD DE RETENCIÓN DE AGUA, SIEMPRE PODEMOS RECURRIR A LA VERMICULITA O LOS POLÍMEROS, AÑADIÉNDOLOS AL SUSTRATO

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