micronutrientes, y los segundos, fósforo y potasio, absolutamente necesarios para el desarrollo floral. Además, previamente la tierra debe labrarse a una profundidad de aproximadamente treinta centímetros, dejándola esponjosa y suelta para que las raíces puedan ahondar en ella. Aparte de un correcto abonado, la adición de ciertos organismos, como los hongos formadores de micorrizas o el hongo trichoderma, puede contribuir a la buena salud radicular y facilitar la asimilación de nutrientes. El término micorriza se refiere a la relación simbiótica establecida entre el sistema radicular de una planta y un hongo. Por medio de esta, el vegetal recibe nutrientes y agua, y el hongo, carbohidratos y vitaminas. Esta asociación también brinda otros beneficios a la planta, como protección ante el ataque de ciertos parásitos, hongos patógenos y nematodos, así como en la absorción de metales pesados. En segundo lugar, el hongo trichoderma, aunque no aporta nutrientes al cultivo, cumple una función protectora. Al contar con una gran capacidad de desarrollo, compite por sustrato con otros hongos patógenos de forma efectiva, es decir, coloniza el sustrato disponible antes que ellos, de manera que no les queda sitio para desarrollarse. Además, puede parasitar a algunos de ellos y causarles la muerte, a la vez que produce compuestos con propiedades fungicidas. El riego y su importancia en la salud radicular Regar adecuadamente es fundamental para la salud de las raíces. El exceso de agua dificulta su respiración, por lo que debemos evitarlo. Si hemos empleado un buen sustrato, o bien, labrado y acondicionado el suelo correctamente, gozaremos de una mayor capacidad de aireación en el entorno de las raíces, siendo más difícil que nos afecte un Cursos CM 34 “ “ SI HEMOS EMPLEADO UN BUEN SUSTRATO, O BIEN, LABRADO Y ACONDICIONADO EL SUELO CORRECTAMENTE, GOZAREMOS DE UNA MAYOR CAPACIDAD DE AIREACIÓN EN EL ENTORNO DE LAS RAÍCES La sequía no solo afecta a la parte aérea de la planta, sino también a las raíces
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