Cannabis Magazine 234

Salud verde 86 el tamaño de un tumor. También hay escalas aceptadas para el dolor, la ansiedad, los síntomas depresivos… Pero objetivar si las microdosis incrementan la “creatividad” o el “bienestar” son conceptos difíciles de cuantificar o medir, un requisito básico. Pero el argumento de que “no hay estudios controlados con placebo con un suficiente número de pacientes” implica ignorancia o cinismo. Es cierto, estos estudios no existen porque una legislación impuesta hace setenta años dictó que estas sustancias no merecen ser investigadas al carecer de valor terapéutico. Los científicos que decidan emprender esta vía se encontrarán con un insalvable camino de obstáculos burocráticos, la incomprensión de sus colegas y, en muchas ocasiones, dificultades para la financiación. Aunque, siendo honestos, en los últimos años los estudios con microdosis de LSD o psilocibina han contado incluso con financiación pública en Estados Unidos. Mientras tanto, en su castillo de Viena, vendavales de angustia y tormentas de desasosiego martirizan a los representantes de la JIFE. Las propiedades terapéuticas de los psicoactivos fiscalizados dependen de sus propiedades farmacológicas y de su interacción con los distintos receptores moleculares que se encuentran en las células de los humanos. Es decir, sus potenciales aplicaciones están determinadas por disciplinas como la Química, la Biología Molecular o la Farmacología Clínica. Pero quedan completamente fuera del ámbito legislativo, judicial o de las políticas de drogas. Es decir, la Convención Única de Naciones Unidas puede determinar que la LSD, la psilocibina y la MDMA se clasifican en la lista 1 de estupefacientes que incluye sustancias con un “alto riesgo de uso indebido, que suponen una amenaza grave para la salud pública y que tienen un nulo o escaso interés terapéutico”. Pero por mucho que se empeñen los políticos y altos cargos internacionales, las drogas no van a modificar sus propiedades porque lo diga la ONU, el Vaticano o el fundador de Amazon. Tiene el mismo sentido que legislar contra la ley de la gravedad o el teorema de Pitágoras. Así, los dogmas de las convenciones de la ONU no afectan a las propiedades terapéuticas de las sustancias, pero sí dificultan su reconocimiento e investigación. Así que, desde mediados No se conoce aún la pauta y la dosis adecuada Las microdosis podrían intensificar el bienestar “ “SE ATRIBUYEN EFECTOS POSITIVOS SOBRE LA CREATIVIDAD, EL BIENESTAR O LA SALUD MENTAL

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