Cannabis Magazine 234

hay suficientes datos disponibles para las recomendaciones de dosis específicas, pero el THC y el CBD parecen mediar estos efectos observados La vía de administración más adecuada en este caso sería, al menos desde un punto de vista teórico, la intrapulmonar (fumada o vaporizada). El vaporizador tiene la ventaja de que es más sencillo de usar y evita los problemas de la combustión (sustancias tóxicas). La vía oral (infusiones, mantequillas...) tiene una absorción más irregular y facilita el que los efectos se prolonguen, aparezcan sobredosificaciones o falta de eficacia, sobre todo en una persona que no tiene hábito, por lo que de entrada no sería recomendable. En el mencionado estudio, la mayoría de los pacientes utilizaban la vía intrapulmonar. Así, parece claro que al menos ciertos pacientes refieren mejoría de los síntomas al utilizar cannabis. Teniendo en cuenta los mecanismos por los que se produce esta enfermedad, no es descabellado suponer que pueda existir cierta eficacia, al menos en grupos seleccionados. El diseño de este estudio es observacional (describe lo que hacen los pacientes), pero no se trata de un ensayo clínico comparado con placebo. Es deseable que estas investigaciones se lleven a cabo para poder aconsejar mejor a los pacientes. jpgon (depositphotos)

RkJQdWJsaXNoZXIy NTU4MzA1