Cannabis Magazine 236

105 Como las leyes mundiales sobre el cannabis y su principio activo eran una mera prohibición basada en la o las moléculas que se conocían, las leyes quedaron superadas en el momento en el que los químicos metieron las manos en los matraces y empezaron a sintetizar nuevos cannabinoides sintéticos que escapaban de las leyes que prohibían ciertas sustancias, aunque tuvieran los mismos efectos u otros mucho más peligrosos. Básicamente, los científicos vieron que las cerraduras receptoras de estos compuestos, conocidas como receptor CB1 y receptor CB2, respondían estructuralmente a cierta organización espacial de moléculas, que en pocas palabras se podrían describir como dos grupos de anillos (formaciones cerradas de átomos de carbono, hidrógeno y ocasionalmente otros elementos) unidos por un pequeño puente y una larga cola alifática (hecha de carbonos, con o sin dobles enlaces) que apuntaba en la dirección contraria. Ese conocimiento estructural les permitió empezar a experimentar, a nivel de laboratorio y receptores en células, con compuestos creados Productos de cannabinoides sintéticos estructuralmente artificiales que causaron tremendos daños a sus usuarios “ “EL DESCUBRIMIENTO DE LOS RECEPTORES CANNABINOIDES ENDÓGENOS, CB1 Y CB2, ABRIÓ LA CAJA DE PANDORA PARA LA CREACIÓN DE MILES DE COMPUESTOS SINTÉTICOS CON EFECTO SOBRE ESTE SISTEMA

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