Cannabis Magazine 236

110 Aquellos tiempos La familia, por supuesto, fue la primera en salir huyendo y, con el tiempo, todos los amigos y compañeros se habían esfumado de mi vida. Las exparejas tampoco quisieron saber nada más de mí. Cometí una gran falta, un delito moral, un pecado mortal: había matado a mi padre. Para comprender los múltiples porqués hay que remontarnos en el tiempo. Guardouna botelladelluvia para los díasde vino por Román Gutiérrez da Silva

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