Cannabis Magazine 236

pequeños detalles para alguna gente querida y en muchas ocasiones ni siquiera me traigo un recuerdo para mí. Hacer regalos es una maravilla: uno se pone a pensar en el otro, en un otro al que quiere y estima. Este año he hecho unos cuantos regalos a gente que quiero: a Paula, a mi buen amigo Xosé, a mis padres, a mis sobrinos, a mi hermano y a Alba, que es mi cuñada, a mis suegros, a mi amigo Daniel y a mi cuñado Anxo, que es un cielo. Algunos de ellos han sido planteados como “amigo invisible”, y es que siempre se puede decidir. Tomamos esta decisión hace dos o tres años ya. La intención era reducir la cantidad de regalos. A mis cuñados, este año, les hice un regalo en vez de comprarlo: un terrario cerrado. Ambos me tocaron en el amigo invisible de la casa de mis papás y de mis suegros. Compré un bote bonito de cristal y recogí piedras y arena de río, conseguí algo de musgo y pequeñas plantas típicas de los muros como el ombligo de venus o algunos helechos de pequeño tamaño. Preparé todo por capas y coloqué el musgo y las plantitas. Al cabo de un rato de cerrar la tapa del bote comenzó a producirse condensación. La idea es que sea un ecobote casi autónomo. Así que siempre se puede decidir. Las fiestas de invierno pueden suponer un auténtico consumismo desaforado o un bello reducto en el que reposar el cuerpo acaecido por los rigores de todo el año. Yo me quedo con lo segundo y doy las gracias por tanto amor. Cosmoterio Aleutie (depositphotos) 128

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