Cannabis Magazine 236

Una vez que la cosecha toca su fin y se ha almacenado todo aquello que se pretendía aprovechar (por lo general, flores, pero a veces también hojas y tallos), los pocos restos de la planta que quedan se eliminan, se tiran a la basura. Sin embargo, si quieres dilatar la vida de una planta en concreto porque, como es tu caso, buscas preservar una genética o ansías una nueva cosecha, existen dos técnicas para hacerlo: el esquejado y la revegetación. El esquejado consiste en cortar esquejes o, lo que es lo mismo, porciones de una planta que poseen en sí mismas el potencial para convertirse en una nueva planta con las mismas características genéticas que la original; y replantarlos para que comiencen su ciclo vital. Eso sí, para que el esquejado se realice correctamente son vitales el cómo y el cuándo: no solo cortar del modo adecuado, sino también hacerlo en el momento idóneo. Cuando la planta de origen (madre) se encuentra en la etapa de crecimiento, pueden realizarse los esquejes con éxito. Ahora bien, ¿qué sucede si, como en el caso que planteas, se te ha pasado la fase de crecimiento de tu planta y no has sacado esquejes? Pues es entonces cuando puedes poner en práctica la revegetación. Este proceso consiste en cosechar una parte de la planta y reutilizar la restante induciendo una vuelta a la etapa del ciclo vital de crecimiento o vegetación. Así, la planta volverá a desarrollarse y producirá flores de nuevo. Esta práctica, que exploraremos a continuación pormenorizadamente, puede, en principio y en teoría, repetirse indefinidamente. No obstante, has de tener en cuenta que es un procedimiento que puede arrojar resultados muy diversos, pues no todas las genéticas responden igual. Además, para las plantas supone un gran estrés someterse a una revegetación que, por otro lado, puede salir mal con facilidad. Beneficios e inconvenientes de la revegetación Siempre es mejor empezar por lo malo. Entre las desventajas de la revegetación encontramos, como ya mencionamos, la dificultad. Revegetar no es solo cortarle flores a la planta y cambiar sus horas de luz; revegetar requiere saber cosechar de forma equilibrada y conveniente y también saber podar las raíces, puesto que se trata de una técnica que se aplica a la planta al completo. A la planta le genera estrés, y al cultivador le exige tiempo, cuidado y experiencia. Asimismo, los resultados no están asegurados e incluso, muchos expertos sugieren que la potencia y calidad de las cosechas sucesivas a la revegetación se ven progresivamente mermadas. Dichos los inconvenientes, entre sus ventajas más reseñables están la ya citada conservación de un fenotipo y la obtención de más flores con las conocidas y deseadas características. Por añadidura, podemos dilatar la vida de una planta y evitarnos comprar nuevas semillas. Si esto fuera poco, se suma el tiempo, que en caso de revegetación se gana, pues se acortan las esperas: los sistemas radiculares están más desarrollados, son más maduros, y la planta emplea en consecuencia menos tiempo en etapa de crecimiento. 45 Cannabis sativa L. (Pavel Ševela, CC BY- SA 3.0, Wikipedia)

RkJQdWJsaXNoZXIy NTU4MzA1