Cannabis Magazine 236

La Rioja: tierra de vinos… y de alpargatas Cervera del Río Alhama y alrededores, a los pies de la sierra de Alcarama, al sudeste de la provincia de La Rioja, es una zona famosa por sus alpargateros. Durante siglos, se cultivó cáñamo para suministrar fibras a los numerosos tejedores e hiladores de la zona. Tal era la importancia del cultivo e industria relacionada con el cáñamo que, a finales del siglo XVIII, a Cervera del Río Alhama le fue concedida por una Real Cédula una franquicia para producir lonas, vitres e hilazas. Aparte de producir velas para la marina mercante y la Marina Real entre los siglos XVI y XIX, también fabricaban alpargatas, ya que los viticultores de la zona precisaban de un calzado fresco y que protegiera a los pies del sol, pero resistente para adaptarse bien al terreno de los viñedos. Siendo un calzado tan vinculado al cultivo del cáñamo y de la uva, la especialización en la confección de las alpargatas se convirtió en una de las bases de la economía de la zona y, actualmente, las alpargatas de La Rioja son conocidas por su calidad y adaptación a la moda actual, convirtiéndose en virales tras vestir los pies de la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, en la cumbre de la OTAN, en Madrid en 2022. De la mano al pie A pesar de la industrialización de la producción alpargatera, aún hoy parte del proceso se realiza a mano; y es que un calzado de apariencia tan sencilla comportaba un trabajo muy elaborado. Eugenio Monesma nos muestra en su video y fotografías cómo tres alpargateros y cordeleros de Cervera del Río Alhama, Manolo, Vicente y Ángel, y Antonia Macías, alpargatera de Calatayud (Zaragoza), manufacturaban las alpargatas en su totalidad de manera tradicional. Manolo inicia el proceso de elaboración de la suela trenzando tres ramales de cáñamo, que va extendiendo a medida que avanza con la trenza. El cáñamo destinado para el calzado era la estopa, el de peor calidad que quedaba en el rastrillo tras el peinado de la fibra. A medida que va alcanzando cierta largura, va “acortando” (recogiendo) la trenza, que llegará a medir varios metros. Finalizado el trenzado, hay que urdir la suela. En el documental vemos cómo Vicente se sienta en el banco tradicional de alpargatero, de superficie inclinada y rematada con una estaquilla que ayuda 50 El museo Antonia Macías trenza los ramales de cáñamo en Calatayud (Eugenio Monesma) Monumento al Alpargatero (2009), escultura urbana en la localidad de Haro (La Rioja), realizada por Anselmo Iglesias Poli “ “ EL CÁÑAMO DESTINADO PARA EL CALZADO ERA LA ESTOPA, EL DE PEOR CALIDAD QUE QUEDABA EN EL RASTRILLO TRAS EL PEINADO DE LA FIBRA

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