Cannabis Magazine 239

108 ¿Y cómo sacar lo mejor de esta sustancia? Pues los psiconautas parecen haber encontrado una combinación excelente mezclando la MDMA, con su efecto emocional, con la 2C-B con su buen perfil de efectos físicos. Hay dos formas de abordar este combo, una es mezclando ambas sustancias en dosis mucho más bajas de lo normal en cada una de ellas (ya que se potencian mutuamente) y la otra es tomando primero la MDMA, disfrutando de lo emocional de la experiencia y posteriormente alargar ese estado con la 2C-B, permitiéndole al usuario entregarse a la actividad sexual sin sufrir merma en las capacidades personales para ello. Personalmente, pude vivir una experiencia sexual inesperada, debida a la mezcla de 2C-B y MDMA en dosis bajas a lo largo de toda una noche. Fueron catorce horas en las que comsumí dosis medias de MDMA (hasta los 250 mg en total, en tres tomas) y alternándolas con dosis bajas de 2C-B (tres dosis de 5 miligramos en total), siendo esta sustancia la última que consumí. Al cabo de unos 90 minutos del último consumo, empecé a experimentar una sensación de miedo ilógico, inconcreto, que me hizo abandonar el entorno en el que estaba e ir a buscar refugio a mi casa, que se encontraba a unos minutos andando. Al llegar a mi habitación, ya estaba mucho más calmado y la experiencia se había transformado desde el miedo a algo acogedor y agradable, cálido y disfrutable. Debido al calor que hacía, decidí darme una ducha, y, al terminar de ducharme (que resultó en una experiencia especialmente gratificante), ocurrió sin que yo lo pudiera prever. Al cortar la ducha, de mi cuerpo empezaron a caer gotas y cada gota, cuando provocaba el sonido propio al chocar con la bañera, me provocaba una experiencia que solo puedo comparar con un orgasmo. Una tras otra, sin parar, cada gota producía un orgasmo que era solo el preludio de otra gota que abría en mi mente y mi cuerpo otro orgasmo más. Yo únicamente pude sujetarme contra las paredes, porque tenía la sensación de que me iba a desmayar de placer, recibiendo esa avalancha de orgasmos concéntricos e inesperados que surgían de cada gota que caía. Aquello, por lógica, no pudo durar más de dos minutos, pero se me hizo eterno y, por supuesto, no me moví del lugar hasta que ya no caía gota alguna: no quería que aquella brutal explosión de placer físico y psíquico tuviera final. Cuando asumí que todo había acabado, sin secarme, regresé a mi habitación a seguir disfrutando de lo que quedaba de experiencia y de la resaca de esos cientos de orgasmos vividos en unos segundos, tumbado en mi cama, sin dejar de dar gracias a la 2C-B por el momento de mayor placer sexual en estado psiquedélico que he experimentado en mi vida. Tal vez la 2C-B no sea el afrodisíaco definitivo, pero, desde luego, esa mágica sustancia tiene la capacidad de abrir puertas o tocar botones que están íntimamente relacionados con la experiencia sexual. Reportaje “ “TRAS DUCHARME, CADA GOTA QUE CAÍA DE MI CUERPO AL CHOCAR CON LA BAÑERA ME GENERABA UN ORGASMO QUE ERA SOLO EL PRELUDIO DEL SIGUIENTE, NACIDO DE UNA NUEVA GOTA AL EMITIR SU SONIDO Shulgin, el químico creador y descubridor de los efectos de la 2C-B

RkJQdWJsaXNoZXIy NTU4MzA1