Cannabis Magazine 240

106 rápidas e indoloras. El conocimiento médico y farmacológico había avanzado lo suficiente como para poder ejecutar esas sentencias con la menor crueldad posible. Realmente, la primera vez que se propuso la inyección letal en Estados Unidos fue en 1888, por un médico llamado Julius Mount Bleyer, argumentando que era más barata que el ahorcamiento. Pero no tuvo ningún éxito su propuesta. Paradójicamente, los primeros en aplicar inyecciones letales fueron los nazis, en 1939, dentro de un programa conocido como “Aktion T4”, enmarcado dentro de los programas de “eugenesia” y de eliminación de enfermos mentales que pusieron en práctica. Su primera víctima fue un niño ciego y con discapacidades físicas y psíquicas, a quien sus padres solicitaron al Estado que acabase con su vida. La sustancia usada para dicha inyección no es conocida, pero cualquier tóxico en dosis suficiente pudo haber sido utilizado. Volviendo a los años 70, en Estados Unidos, un examinador médico llamado Jay Chapman empezó a buscar una forma efectiva y no cruenta de matar a un reo, en vista de lo que, hasta ese momento, se hacía; y con la ayuda de un anestesista llamado Stanley Deutsch, propusieron lo que sería conocido después como el “protocolo Chapman”, que consistía en tres fármacos administrados secuencialmente: un barbitúrico de acción ultrarrápida que dejaba al reo inconsciente, un paralizante muscular (pancuronio) que detenía la respiración y, finalmente, una dosis de cloruro potásico que detenía el corazón. Era eficaz, era barato y era la forma menos cruel de terminar con una vida humana (básicamente muy similar a la que utilizamos hoy día al aplicar la eutanasia a los animales). Y esta idea fue tomada como bandera por un religioso, el reverendo Bill Wiseman, que consiguió hacer campaña con ella y convertirla en la que sería la forma de ejecución en Texas en sustitución de la “silla eléctrica”, en 1977. Se aplicó por primera vez en el año 1982. A esta nueva y “humana” forma de matar personas se sumaron posteriormente otros países como Guatemala, en 1996; China, en 1997; Tailandia, en 2003, o Taiwan, en 2005. Fue la única forma (a veces con variaciones en los fármacos usados) en que se aplicó la pena de muerte en Estados Unidos hasta el año 2015, aunque sigue usándose, pero ya no es la única forma de aplicar la sentencia. ¿Por qué? El activismo contra la pena de muerte en Estados Unidos hizo que los reos pudieran apelar contra el uso de la inyección letal como método en el año 2006, aunque en 2008 la Corte Suprema volvió a ratificarla como método legítimo. En vista de que sus intentos a nivel legal no rendían los efectos esperados en Estados Unidos, el activismo se desplazó hacia Europa, quienes, en una Regulación sobre la Tortura del año 2011, prohibieron la exportación de fármacos cuyo destino fuera una ejecución, privando a Reportaje Sedante utilizado tanto en protocolos de inyección letal como en eutanasias y sedaciones terminales en humanos Barbitúrico con varios usos terapéuticos, que en dosis suficiente puede ser usado para causar la muerte “ “EN LOS AÑOS 70, UN EXAMINADOR MÉDICO, JAY CHAPMAN, Y UN ANESTESISTA, STANLEY DEUTSCH, DISEÑARON LA INYECCIÓN LETAL COMO LA FORMA MENOS CRUEL DE APLICAR LA PENA DE MUERTE

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