Cannabis Magazine 240

En este sentido, conviene leer los posicionamientos e informes de cada una de las sociedades científicas. Por ejemplo, SEMERGEN (Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria) señala que: “Preocupa el mensaje que se pueda transmitir a la población, que podría percibir estas sustancias, en otras presentaciones y formas de consumo, como igualmente 'beneficiosas' para la salud, a pesar de sus conocidos efectos perniciosos […] En este sentido, nos parece esencial fijar las indicaciones de beneficio/riesgo de este uso e insistir en que, en ningún caso, afecte al uso recreativo o al autocultivo.” La SED (Sociedad Española del Dolor) puntualiza que: “Debido a la falta de evidencia clínica de alta calidad, la SEC actualmente no respalda el uso generalizado de cannabis y de los cannabinoides para aliviar el dolor.” Para la SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica): “Es especialmente preocupante que los adolescentes, un grupo muy vulnerable, se inicie en el consumo recreativo de esta droga y lo más probable es que la regulación del cannabis fumado para usos terapéuticos aumentará la accesibilidad para adquirirlo y la aceptación social de esta droga, especialmente entre adolescentes.” Pero toda esta “preocupación” impresiona más por cierta actitud estética ante no se sabe muy bien qué tipo de público, que de una oposición activa. En España, cada vez que un Gobierno ha legislado sobre un asunto socialmente sensible, se ha pronosticado la destrucción de la sociedad. Así sucedió durante la aprobación de la ley del divorcio (1981), la del aborto (1985) y la del matrimonio homosexual (2005). En todos los casos el papel de guardianes de la moral fue ejercido por la Iglesia Católica. En el caso que nos ocupa, las sociedades médicas son las que han cogido el testigo. La recurrencia en el uso del término “banalización” cada vez que se habla del cannabis recreativo es la muestra más evidente de unos mensajes que tienen que ver más con el ámbito de la moral que con el de la ciencia. Además, denota un alto grado de ignorancia sobre las repercusiones que (no) ha tenido en los países que han tomado ya este camino. No existe ninguna comunicación científica procedente de Italia, Países Bajos, Alemania o Reino Unido (por citar solo unos cuantos países de nuestro entorno) que muestre problema de salud pública alguno relacionado con la regulación del cannabis terapéutico. Es más, el apocalipsis cannábico tampoco se ha desatado en aquellos países que han decidido ir un paso más allá regulando además el uso recreativo. 85 “ “ LOS GUARDIANES DE LA MORAL SIEMPRE HAN PRONOSTICADO UN APOCALIPSIS ANTE LEYES SOBRE TEMAS SOCIALMENTE SENSIBLES El cannabis será regulado como el resto de los fármacos Los guardianes de la moral escandalizados por el cannabis terapéutico

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