Cervezas, cremas, prendas de ropa o medicamentos son algunos de los artículos elaborados a partir de la planta de la marihuana.
El cannabis no sólo se fuma. El 90% de las velas de barcos hasta finales del siglo XIX, gran parte de las biblias creadas antes de 1900 o el aceite que durante décadas permitió alumbrar a media Europa son algunos de los productos que se elaboraban a partir de la planta cannabis sativa, de cuya variante femenina se extraen las flores o cogollos bautizados como marihuana. Pero para encontrar empresas que utilizan las partes del cannabis con menos sustancias psicoactivas en sus productos no hace falta viajar en el tiempo. En pleno siglo XXI es posible adquirir desde ropa, cosméticos y alimentos hasta medicamentos, materiales para construcción o combustibles elaborados a partir de esta planta. Negocios legales que trabajan con una sustancia prohibida.
Cosméticos
El mercado ofrece ya la posibilidad de comprar geles, cremas y sales de baño con cannabis entre sus ingredientes. La mayoría se basan en el aceite de semilla de cáñamo que se caracteriza por ser una gran fuente de aceite omega 3 y 6 y de vitamina E, lo que -según fuentes del sector- hace que estos productos tengan propiedades hidratantes y reafirmantes de la piel. «Este aceite contribuye a la regeneración de la capa protectora de la piel y permite aumentar la resistencia global de la piel frente a los efectos externos», señalan desde la web de Cannaderm, una de las firmas que comercializa estos productos. Gran parte de estos artículos deben adquirirse a través de webs especializadas -los precios parten de los cuatro euros- aunque ya hay marcas como Cannabis Rose, cuyas colonias o mascarillas pueden comprarse en cadenas de perfumerías del país.
Automóvil
El fundador de la marca Ford, el estadounidense Henry Ford, dio el pistoletazo de salida a la incorporación del cannabis en la fabricación de vehículos al diseñar un modelo, en 1941, cuya carrocería estaba hecha con plástico derivado del cáñamo. La revista Popular Mechanics aseguraba en aquella época que el nuevo modelo propuesto por Ford contaba con una carrocería de plástico cuyo origen era un «70% de fibras de celulosa de la paja de trigo, el cáñamo y el sisal y un 30% de resina de la carpeta». Medio siglo después, la firma canadiense Motive toma el relevo de Ford. El fabricante presentó este año un nuevo modelo con piezas de plástico -«ligeras, resistentes y muy duras», señala- elaboradas a partir de la planta del cannabis. Además, diversas empresas trabajan en el uso de esta sustancia como combustible. Es el caso de una central eléctrica de Florida, en donde aprovechan el cannabis como combustible para producir energía.
Textil
Gran parte de las telas que se usaban para elaborar ropa, cortinas, alfombras, toallas o incluso pañales hasta principios del siglo XIX se elaboraban a partir de las fibras de cáñamo, según Spannabis, entidad que organiza las ferias estatales sobre esta sustancia. Los defensores del cannabis como material de confección afirman que las fibras de esta planta son las «más largas, suaves y duraderas conocidas». Además, resaltan que una hectárea de cannabis produce tanta fibra como dos de algodón.
Alimentación
El Ministerio de Sanidad autorizó el pasado mes de julio la comercialización de un medicamento para la esclerosis múltiple que incorpora el cannabis entre sus componentes, el primero de este tipo que se permite en toda España. El fármaco va dirigido a reducir los espasmos musculares que sufren estos pacientes y se administra en forma de spray. En su día, la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, rechazó el uso de este tipo de medicamentos vaya a ampliarse a otras patologías y resaltó que el nuevo fármaco deberá ser recomendado por un especialista y sólo se aplicará cuando hayan fallado «todos los tratamientos anteriores». Cataluña fue pionera en España ya que, en 2008, abrió las puertas a que las mujeres con cáncer de mama en tratamiento con quimioterapia y que no respondiesen a los medicamentos pudiesen acceder a estos fármacos.
Construcción
La fibra de cáñamo también permite elaborar aislantes térmicos, aglomerados y productos destinados a la construcción. Se dice que es un material menos nocivo con el medio ambiente.