Cannabis Magazine 231

111 En definitiva, era peligroso dejar fluir libremente por nuestras neuronas un exceso de imaginación. Era como una droga infantil, que podía hacerte perder la cabeza y no saber estar con los pies en la tierra. Para definir esta situación, era muy común entre las diversas autoridades que poblaban nuestra niñez, básicamente padres, profesores y curas, la expresión “vivir en la Luna”. No tengo ni idea de dónde salió la frase, aunque me inclino a pensar que su origen debe de ser anterior a 1969 pues ese fue el año que el hombre pisó nuestro único satélite natural y después de eso habría perdido mucho sentido la frasecilla en cuestión, en tanto en cuanto ya no sería algo tan descabellado lo de “vivir en la Luna”. En fin, que utilizar demasiado la imaginación en una sociedad atrasada en el rural y retrograda en las urbes era considerado algo pernicioso. En los niños un mal menor y en los adultos una enfermedad mental. Así que muchos de aquellos niños que éramos, leíamos tebeos, veíamos películas y, sobre todo, jugábamos con cierto miedo a dejarnos llevar. “ “ERA PELIGROSO DEJAR FLUIR LIBREMENTE POR NUESTRAS NEURONAS UN EXCESO DE IMAGINACIÓN. ERA COMO UNA DROGA INFANTIL

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