Cannabis Magazine 231

112 Todo cambió con la adolescencia. Nos arrolló un cambio de década, de régimen y de hormonas. Y esto último, que nos llegaría un poco más tarde, fue decisivo en lo que a nuestras vidas se refiere, sobre todo con el sexo opuesto: las niñas, que no existían para nosotros, de repente tenían tetas, culo y caderas y de algún modo nos atraían, intimidaban, obsesionaban y revolucionaban. En definitiva, el sexo, como casi siempre, fue determinante para nuestra formación social pero, a diferencia de nuestros padres, que habían pasado toda su vida asumiendo las reglas totalitarias y ultracatólicas de la dictadura de Franco, y habían sido criados bajo el tabú y la ausencia del tema sexo, nosotros, como ya expliqué antes, estábamos en un triple cambio mortal que además se beneficiaba del hecho de que adultos y autoridades estaban resituándose en un nuevo, incierto e imparable escenario político y social y, entre el miedo y la esperanza, por primera vez, a los adolescentes nos dejaron un poco en paz y a nuestro aire. La primera consecuencia y alegría de esta “apertura” para nosotros era, una vez más, el sexo: las películas, los cómics y las revistas se llenaron de golpe y porrazo de las partes anatómicas del ser humano (generalmente femenino), cuando tan solo unos años antes eran literalmente delito y pecado al mismo tiempo, y ahora suponían el summun de la modernidad. La segunda gran satisfacción para nuestra generación la representaban las drogas, menores, como nosotros, pero drogas, al fin y al cabo. El hachís llegó a nuestras vidas como algo adictivo, delictivo y “rebelde”, y en pocas semanas fumar porros se convirtió en algo natural que podíamos hacer casi cualquier lugar público (bares, plazas, instituto…), tal era el grado de permisividad que se había instalado en la sociedad española de mediados de los años ochenta. Y el tercer gran placer de los amables tiempos que nos tocaba vivir era, en realidad, el mejor de todos: podíamos usar la imaginación sin miedo ni cortapisas. Así, y aprovechando la coyuntura del momento, algunos nos lanzamos a explorar todas las aristas de nuestro Aquellos tiempos “ “EN DEFINITIVA, EL SEXO, COMOCASI SIEMPRE, FUE DETERMINANTE PARA NUESTRA FORMACIÓN SOCIAL

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