Cannabis Magazine 236

tecnología, como laboratorios, quirófanos, etc.” (TNI, 2015). Finalmente, Naciones Unidas se vio obligada a desestimar la petición de China tras un intenso debate y la voz de alarma de números expertos y organizaciones internacionales. Un punto interesante de estos intentos de fiscalización de la ketamina reside en si esta fue motivada por los daños ocasionados por el consumo o, simplemente, por el consumo en sí mismo. La propia OMS estableció en su informe número 36 del comité de expertos en farmacodependencia que, a pesar de las evidencias de “abuso” (entendido como el consumo fuera del ámbito sanitario para las indicaciones establecidas), no existían datos que avalaran la idea de que estaba causando un problema de salud pública. No obstante, esto no significa que la ketamina sea una sustancia exenta de riesgos, tal y como han mostrado diferentes trabajos al poner de relieve las consecuencias negativas de carácter agudo y a largo plazo, especialmente derivadas de su consumo habitual, incluyendo los daños en la vejiga o la adicción. Estos daños, además, hay que considerarlos en un patrón habitual de policonsumo, de manera que la ketamina suele ser consumida frecuentemente junto a sustancias como el alcohol, el cannabis u otras presentes en los entornos de fiesta como la MDMA o la anfetamina. Seguramente, Calvin Stevens y Ed Domino no imaginaban lo mucho que daría que hablar la sustancia a la que tantos esfuerzos dedicaron. Visto en perspectiva, tres fueron los principales caminos que ha seguido la sustancia hasta llegar a nuestros días: como anestésico ampliamente utilizado en la práctica clínica, como tratamiento para ciertas condiciones y como sustancia para ser consumida de manera recreativa. Con respecto al primero, la rapidez con la que actúa, su bajo perfil de riesgo y la estabilidad hemodinámica de la ketamina han hecho que sea especialmente útil para ciertos perfiles de pacientes, como son los niños o las personas que presentan broncoespasmo o lesión cerebral traumática (Li y Vlisides, 2016). En segundo lugar, en los últimos años mucho se ha investigado sobre su utilidad para el tratamiento de la depresión resistente al tratamiento, que culminó con la aprobación, por parte de la FDA, de un espray nasal con ketamina en 2019. Y, por último, su vertiente psiconáutica y recreativa se ha extendido por todo el mundo, alimentando los temores de unos y las experiencias festivas de otros. Es a este tercer camino al que dedicaremos la segunda parte de este artículo, centrándonos Control de riesgos 102 “ “UN PUNTO INTERESANTE DE ESTOS INTENTOS DE FISCALIZACIÓN DE LA KETAMINA RESIDE EN SI ESTA FUE MOTIVADA POR LOS DAÑOS OCASIONADOS POR EL CONSUMO O, SIMPLEMENTE, POR EL CONSUMO EN SÍ MISMO Dos clásicos de la literatura sobre la ketamina (Claudio Vidal)

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