como el hachís, puede satisfacer a los consumidores más exigentes” (Breton, 2001). Para Breton el hachís era en su hacer surreal, en su ánimo por liberarse de las barreras de la razón, una herramienta más, que lo ayudaba a ampliar su mundo onírico cuando dormía y a desestructurar la realidad cuando estaba despierto. La sombra de Breton La sombra de Breton es como la del ciprés, alargada. Su influencia es harto perceptible en la producción pictórica más relevante del siglo pasado y los presupuestos del surrealismo que tanto desentrañó en sus escritos explosionaron en las obras de innumerables artistas, que volvían al sueño para encontrar los sentimientos y deseos que pensaban les eran ocultos, que vieron como sus cuadros se plagaban de imágenes oníricas; que se atrevieron a trasladar el foco de atención al subconsciente y pintar desde el automatismo, en estados casi de trance e incluso hipnosis, sólo para dar salida a las imágenes de su mente, sin que estas pasaran el filtro de la razón. Para ver como las ideas de Breton se hicieron cuadro, solo tenemos que visitar la Historia del Arte reciente, pues son innumerables los artistas que de él bebieron: Salvador Dalí, René Magritte, André Masson, Pablo Picasso, Max Ernst, Francis Picabia, y un eterno etcétera. Nosotros mientras, y como colofón, nos quedamos con sus palabras: “El hombre propone y dispone. Solamente de él depende llegar a pertenecerse por entero, o sea, mantener en estado anárquico las huestes cada vez más temibles de sus deseos”. Referencias 1. Breton, A. (2001) Los manifiestos del surrealismo(Aldo Pellegrini, trad.). Buenos Aires: Argonauta. 2. Para más información: bit.ly/2LBIRgo. 3. Rodríguez de Romo, A. (2012) “Bosquejo histórico y uso social de la mariguana”. Revista de la Facultad de Medicina(México), 55, pp. 48-54. “ “PARA BRETON EL HACHÍS ERA, EN SU HACER SURREAL, EN SU ÁNIMO POR LIBERARSE DE LAS BARRERAS DE LA RAZÓN, UNA HERRAMIENTA MÁS
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