Cannabis Magazine 239

ejemplo que supone Vincent van Gogh (1853-1890), uno de los grandes nombres de los últimos siglos. Al neerlandés le gustaba la absenta y, como muchos de sus coetáneos lo reflejó en su producción, como en Naturaleza muerta con ajenjo(1887). Cannabis El cannabis también cuenta con adeptos entre los artistas. Quizás el caso más popularmente conocido es el Club des Hashischins, un grupo de artistas de diversas disciplinas que se reunían en el siglo XIX en el Hotel Pimodan de París para compartir sus experiencias con el hachís. Guiados por el versado doctor Jacques-Joseph Moreau, el romántico pintor Eugène Delacroix así como algunos grandes literatos (Honoré Balzac, Charles Baudelaire, Alexandre Dumas o Théophile Gautier) se encontraban para comer el hachís en forma de “pasta verde”, mezclado con mantequilla y especias (como el clavo y la canela). Lo servían con café y esperaban resultados, como explica Gautier: “La cena llegaba a su fin, y ya algunos de los más fervientes adeptos notaban los efectos de la pasta verde: yo, por mi parte, había sentido una completa transformación del sentido del gusto”2. La experimentación con los estados alterados de conciencia producidos por el consumo de hachís era el objetivo principal en estas reuniones y a más de uno de sus asistentes le valió de argumento en alguno de sus escritos (El poema del hachís, de Baudelaire; o El conde de Montecristo, de Dumas). Mientras unos experimentaban con el hachís, casi con un afán científico, otros simplemente reconocían el cannabis como “alimento espiritual” (el ilustrador y pintor Aubrey Beardsley, 1872-1898) o lo usaban para exacerbar la fantasía (Pablo Picasso, 1881-1873; Alfred Kubin, 1877-1959). El pintor alemán Ernst Fuchs (1930-2015), por su parte, probó el cannabis e hizo uso también de la mescalina. El consumo cambiaría su forma de pintar y su estilo viraría hacia el realismo fantástico, movimiento que ha apadrinado y que ha creado escuela entre tantos otros pintores. Opio El opio también tiene su papel en el arte. En la época victoriana, por ejemplo, el opio y el láudano estaban muy presentes en la escena artística, así como en la propia sociedad. El pintor John Anster Fitzgerald (1823-1906) era consumidor y es posible que la lectura de Shakespeare junto a las ensoñaciones opioides acrecentaran el carácter fantástico y a veces casi surrealista de sus composiciones. Llama asimismo la atención, por lo demencial, el caso del pintor victoriano Richard Dadd (1817-1886), que descubrió en Egipto el opio. Parece ser que la complejidad de la enfermedad mental que arrastraba hizo mala mezcla con el opio y cuando lo fumó, se desató el torrente alucinatorio. Empezó a creer que Osiris, el dios egipcio, le había encomendado la misión de acabar con todos sus enemigos (entre los que se contaba su propio padre): “El pintor permanece cinco días allí sentado junto a la pipa 118 Pensamiento psiquedélico “ “ES EL CLUB DES HASHISCHINS, UN GRUPO DE ARTISTAS DE DIVERSAS DISCIPLINAS QUE SE REUNÍAN EN EL SIGLOXIX EN EL HOTEL PIMODAN DE PARÍS PARA COMPARTIR SUS EXPERIENCIAS CON EL HACHÍS Naturaleza muerta con ajenjo (Van Gogh Museum Amsterdam, CCBY-0, Wikipedia)

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