Un total de 14.825  personas iniciaron tratamiento por drogas en 2009, una cifra récord en Cataluña. Los últimos datos de la Red de Atención de los Drogodependientes (XAD) han hecho saltar las alarmas en la conselleria de Salut.

La XAD es una red pública que se dedica al tratamiento de drogodependientes, incluyendo alcohol y tabaco. La comparación entre los años 2009 y 2008 resulta desoladora.

Aumentan los tratamientos de personas adictas a las cinco principales drogas, heroína, cocaína, cannabis, alcohol y tabaco. Cada una de ellas tiene un perfil muy definido, pero cabe destacar un repunte del consumo de la heroína, habitual en tiempos de crisis, y una preocupante y creciente adicción al alcohol entre los más jóvenes.

Crece el consumo de porros

El director general de Drogodependencias de la Generalitat, Joan Colom, explicó a LA RAZÓN que «aparte del alcohol, nuestra máxima preocupación es el consumo de cannabis». En diez años, los tratamientos por adicción al cannabis se han quintuplicado, pasando de 279 en 1999 a 1.069 en 2009. En 2004 fueron 577.
Colom distingue dos perfiles entre los consumidores habituales de cannabis. «Uno son personas con más de 20 años, adictos, que fuman hasta quince porros al día, como si fuera tabaco, y el otro son adolescentes». Muchos de estos jóvenes inician la desintoxicación a cambio de la condonación de las multas de 300 euros por fumar hachís en la calle.

El responsable de Drogodependencias también mostró su preocupación por la reciente encuesta realizada en las escuelas, según la cual el 23 por ciento de los adolescentes de entre catorce y 18 años admite haber fumado hachís en el último mes. «El único dato positivo es que los estudiantes cada vez banalizan menos el cannabis, cada vez son más conscientes de los riesgos que conlleva», señaló Colom.

Los tratamientos por adicción a la cocaína fueron 3.779 en 2009, por 3.468 en 2008. Las cifras se mantienen estancadas en los últimos cinco años, pero cabe destacar que en 1997 eran sólo 954, y en 1987, 41. Una de cada cuatro personas que empieza una cura por desintoxicación lo hace por consumo de este estupefaciente, lo que la convierte, con mucha diferencia, en la droga más dañina, aparte del alcohol.

Los datos de 2009 también reflejan un cierto repunte de la heroína. De los 1.593 tratamientos de 2008, se pasó a los 2.102 de 2009. Este nuevo aumento de su consumo no oculta que ha perdido importancia dentro del total de desintoxicaciones. En 1992 el 53 por ciento de los tratados en estos centros eran heroinómanos, mientras que en 2009 fueron el 13,6 por ciento del total.

Colom celebró el descenso de tratamientos y consumo de las denominadas drogas de síntesis. «Se ha estabilizado, incluso diría que va a menos», sentenció.

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