Michigan lidera la vanguardia en la revaluación del cannabis y la psilocibina, sustancias que muestran promesa contra el dolor crónico
la Administración para el Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos ha anunciado recientemente la reclasificación del cannabis de una droga del Anexo I a una del Anexo III, lo que denota un reconocimiento de su valor medicinal. Paralelamente, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha otorgado a la psilocibina, componente activo de los hongos alucinógenos, una designación de terapia innovadora para acelerar su desarrollo, especialmente en el tratamiento de la depresión resistente y el dolor crónico.
Estos desarrollos reflejan un cambio dramático respecto a la política federal anterior, que criminalizaba su uso e impedía la investigación sobre su potencial terapéutico. «Como profesor adjunto de anestesiología y investigador del dolor, veo en el cannabis y la psilocibina terapias prometedoras que pueden contribuir a satisfacer esta necesidad», señala un académico afectado personalmente por la fibromialgia, una condición caracterizada por dolor generalizado.
Cannabis: Una alternativa menos peligrosa
El cannabis, una planta medicinal milenaria, ha sido utilizado durante al menos 5,000 años en tratamientos de artritis y control del dolor postoperatorio. Frente a medicamentos como los opioides, responsables de cientos de miles de muertes por sobredosis en las últimas décadas, el cannabis ofrece una alternativa con efectos secundarios notablemente menores. «En estudios de encuestas, mis colegas y yo hemos mostrado que las personas a menudo sustituyen los medicamentos para el dolor por cannabis, principalmente porque presenta menos efectos negativos», explica el investigador.
Psilocibina: Más allá de la percepción sensorial
La psilocibina, por otro lado, ha demostrado mejorar sustancialmente los síntomas de condiciones psiquiátricas como la depresión resistente al tratamiento y el trastorno por uso de alcohol, combinada con psicoterapia. A pesar de los riesgos psicológicos, como pensamientos suicidas en un pequeño número de casos, la psilocibina puede ayudar a las personas a desarrollar una relación más saludable con su dolor.
Desafíos y perspectivas futuras
La reclasificación del cannabis y la despenalización de la psilocibina en estados como Colorado y Oregón son pasos adelante, pero aún persisten desafíos significativos debido a las barreras federales y estatales que limitan la investigación. A medida que avanzamos, estudios prácticos como el realizado por nuestro equipo en la Universidad de Michigan, que investiga el uso de la psilocibina en casos de fibromialgia, podrían ofrecer nuevas perspectivas sobre estos tratamientos antiguos, pero «nuevos» para la ciencia moderna.
Este cambio normativo podría finalmente desbloquear el potencial de estas sustancias para ofrecer opciones de tratamiento más seguras y efectivas para los millones de americanos que viven con dolor crónico.
Acerca del autor
Amante del cannabis y especializado en el mundo de las sustancias psicoactivas. Escritor y psiconauta.