Los ciudadanos de Colorado, donde el año pasado se aprobó la legalización recreativa del cannabis, han decidido qué tipo de impuesto se impondrá sobre la venta de marihuana.
La pasada jornada, los ciudadanos del estado de Colorado se dirigían a las urnas para determinar cómo se regulará fiscalmente el mercado de uso legal del cannabis.
Esta situación crea un precedente que, hasta la fecha, no se había producido en ningún Estado norteamericano.
Hace algo más de un año, eran los mismos habitantes quienes se decantaban por el uso recreativo de la marihuana. Ahora han tenido que decidir si se aplicará un impuesto especial del 15% para ayudar a financiar la construcción de escuelas.
Según el alcalde de Colorado, los primeros 40 millones de dólares recaudados se destinarán automáticamente a este fin.
Lo cierto es que, de ser totalmente cierto, no habría una mejor combinación. Vender marihuana y, con parte de los beneficios, construir escuelas.
Asimismo, también han tenido que decidir si quieren que se imponga otro impuesto del 10% sobre productos relacionados con el cannabis. Este “extra” económico se destinará a aumentar los esfuerzos en la aplicación de la ley.
Los resultados han sido apabullantes. Un 65% de los votantes se ha decantado por un rotundo sí para ambos impuestos.
Según estimaciones del Concilio Legislativo (un organismo de análisis que no pertenece a ningún partido) en 2014 se obtendrán cerca de 70 millones de dólares sólo en ingresos fiscales.
Aunque somos conscientes de que no todos los consumidores de cannabis están de acuerdo con estas medidas, seguimos viendo estos hechos como avances hacia la normalización de nuestra amada planta que, por diversas y muy cuestionables circunstancias, lleva décadas demonizada.