Un intenso olor a marihuana sorprende a todo aquel que estos días cruza la puerta de entrada de la plaza de toros de la Cubierta de Leganés, donde este fin de semana se celebra ExpoCannabis, un foro de encuentro en torno al cáñamo y sus tecnologías.


Escohotado, charlando con otros invitados

Coincidiendo con la época de recolecta del cannabis, se celebra esta feria, punto de encuentro para aficionados a esta planta y sus derivados, para los activistas que luchan por su legalización y para los empresarios que han visto en esta planta un negocio, que en España mueve 50 millones de euros al año, de forma legal.

A lo largo de 2.000 metros cuadrados se extienden los diferentes stands, entre los que se puede encontrar desde “chupa-chups”, té o incienso de cannabis, “que sirve para relajarse, pero no coloca”, advierte su promotora.

Y es que, en la receta de todos ellos, falta el THC, el principio activo del cannabis que produce esa sensación, tal y como exigen los controles fitosanitarios, explican desde Expocannabis.

En el contexto de la feria, las tiendas dedicadas al comercio de productos para cultivar la planta, los “grow shops”, muestran sus tecnología más punteras para crear invernaderos de cannabis, con lámparas que emulan la luminosidad del sol e incluso complejos sistemas de refrigeración, que ayudan a mantener la humedad.

Llamativo resultan a sus vez, los objetos que precisamente tratan de hacer pasar desapercibido el cannabis, entre los que se encuentran falsas latas de cerveza o refrescos, o supuestos armarios para guardar las herramientas en la terraza, configurados realmente para albergar invernaderos de “maría”.

La legalidad en torno al cannabis es este año más que nunca un tema central en Expocannabis, donde abogados ofrecen charlas para no incurrir en delitos penales, y activistas pro-legalización tratan de sumar adeptos a su causa.

Algo que sus defensores, como Raúl del Pino, portavoz de ExpoCannabis no ve tan lejano en España, ya que, por ejemplo, en Estados Unidos, catorce estados han decidido normalizar el cultivo, la tenencia y su consumo.

Según estima, la legalización del cannabis en España podría restarle 200 millones al año al mercado negro, sin tener en cuenta que el comercio legal del cannabis ha sido uno de los pocos que se ha librado de la crisis económica, ya que para algunos empresarios del sector sus ganancias han aumentado incluso un 30 por ciento este año.

La mayor parte de su clientela ha pasado estos días por ExpoCannabis, como Juanma, un joven que acude por cuarto año consecutivo, en busca de parafernalia, mecheros, papel y “bongs”- objetos para machacar el cannabis- “a buen precio”.

Pero también los hay como José Luis, un hombre al que el dolor de migrañas le hizo acercarse al cannabis y sus efectos terapéuticos, con resultados tan buenos, señala, que decidió crear un club “terapéutico-cultural” en torno al cáñamo, cuyas propiedades ahora trata de dar a conocer.

Asimismo, entre las varias voces que difunden las bondades del cannabis, en la feria hay organizaciones que alzan su voz también, para defender un uso responsable en su consumo, y que apelan al “respeto, la prudencia y la discreción”.

Uno y otros se mezclan en un espacio, embriagado por el aroma que dejan los fumadores de cannabis, que animados por el contexto, prenden su cigarrillo al traspasar el umbral de la feria.

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