Expertos en leyes, socios del Colegio de Abogados Regiomontanos A.C. (CARAC), analizan las viabilidades jurídicas para México con una posible legalización de la marihuana, como parte del avance en el mundo globalizado en el que está inmiscuido el país.

El licenciado Alfonso Jesús García Pérez explicó, que hay un fundamento previsto en el artículo 51, fracción V, de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de México, en representación de: Asociación Mexicana de Estudios Sobre Cannabis A.C. la cual cita la necesidad de entrar en este tema.

Y es que: “El sistema republicano de México ha sido un ejemplo mundial de tolerancia y de respeto a las personas así como a sus derechos, desde la época en que los liberales nos dieron patria, evolucionando heroicamente hasta el Congreso Constituyente de 1917, alcanzando la cumbre de la civilización occidental en el demócrata y humanista mundial, y también liberal, Lázaro Cárdenas del Río y en su progresista equipo: Narciso Bassols y Francisco J, Mújica”.

Donde el jurista revela que el Apartado de las Garantías Individuales de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, plasmado por los jacobinos y magonistas, también liberales, se adelantó décadas a su época en la implantación de los principios: Estado garante de las libertades civiles, respeto a los derechos humanos, gobierno laico, leyes científicas no moralistas, equidad y no discriminación, los cuales son coherentes con todos los tratados internacionales de derechos humanos.

Dicho esto, en México hay una fuerte cantidad de civiles, enfermos que demandan del consumo racional de la marihuana y bajo este concepto los juristas debaten el tema legal. Donde exigen del Senado de nuestra República, se pase a debatir el orden jurídico nacional sobre el tema, ya que el Estado Libre y Soberano de México, tiene sus especiales antecedentes en cultivar y desarrollar el respeto a la dignidad humana y a la erradicación de la violencia.

“Es inaceptable los índices de muertes violentas en las grandes ciudades por la cuestión de las drogas, hay que tener los conocimientos y dejarlos plasmarlos en las layes para evitar este fuego de un círculo vicioso”.

“Debe darse en la nación, una transición pacifista y liberal que se desenvuelva en el desarrollo a este tema, porque en las últimas tres décadas el movimiento mexicano por la despenalización del consumo de la marihuana, cuya ideología se remonta a grandes próceres de la cultura nacional, es ahora urgente, no se puede vivir con violencia”.

De acuerdo al experto, el movimiento en pro de la legalización de las marihuana ha sido y es respaldado por los principales intelectuales de México y por las más avanzadas investigaciones científicas de las más prestigiadas universidades del mundo. Es mal necesario, que según él jurista es beneficio de los enfermos que más la necesita, pues desde mayo del año 2000, un frente más amplio de organizaciones culturales y de derechos humanos, convocaron a la realización de la marcha y festival mundial por la liberación del cannabis.

Lo anterior en sincronía con decenas de marchas por todo el planeta, desde entonces, cada primer sábado de mayo de cada año, en el Distrito Federal, se ha organizado esta marcha-festival con un promedio histórico de 2 mil asistentes. Así con la urgencia de que se legalice su consumo y comercialización, con el objeto de retirar a la marihuana de la lista de drogas prohibidas en México y terminar el tratamiento penal y policiaco a sus consumidores, en tanto no violen la ley ni los derechos o la libertad de terceros. Por lo que hay ya iniciativas de proyecto de decreto federal que demanda esto no sea un sueño y se suba la mesa del debate legislativo.

LA INICIATIVA

En concreto, haya ya una iniciativa que reforma los Capítulos V y VI, y crea el Artículo 252 Bis de la Ley General de Salud, con la solicitud de que sea turnada a las Comisiones de Derechos Humanos y de Cultura y a la Comisión Especial sobre No Discriminación, Nuevos Sujetos y Nuevos Derechos, con base en la siguiente

La que subraya:

-No todos los consumidores de la marihuana o cannabis deben ser considerados automáticamente delincuentes, narcotraficantes o personas disfuncionales.

Tampoco se puede afirmar A Priori que todos los consumidores de marihuana sean adictos, de la misma forma en que la mayoría de los consumidores de alcohol, de tabaco o de cualquier otra droga no se les considera adictos y si se les considera consumidores eventuales o “sociales”.

-Los fumadores de cannabis son en su mayoría eventuales, aficionados o consumidores sociales, y en su mayoría son personas trabajadoras e integradas socialmente, por lo que no existe fundamento alguno para su trato penal y policiaco.

De hecho ha resultado imposible determinar quien consume marihuana o quien no, pues no existen patrones o indicadores de conducta que diferencien a los consumidores de los no consumidores de marihuana, y puesto que no confiesan su afición por una droga ilegal, ha resultado imposible un estudio científico para determinar índices de adicción o de daños a la salud.

Ni siquiera existe el control policiaco o judicial sobre las cifras de consumidores, pues más del 90% de los consumidores que son sorprendidos en posesión de marihuana, se someten al estandarizado chantaje policiaco o judicial y pagan subrepticiamente para no sufrir el arresto, tenga fundamento o no. Seguir prohibiendo y castigando a los fumadores de cannabis es hipocresía.

-Quienes pudieran ser considerados adictos, es decir, quienes se asumen o confiesan “mariguanos”, son considerados personas pacíficas, tanto por la comunidad como por la ciencia.

No representan pues, un peligro a la sociedad que amerite su detención, ni el chantaje por parte de policías y de judiciales, quienes al final de la cadena de corrupción, son quienes administran las ventas de todas las drogas ilegales. De hecho, no hay crimen organizado ni tráfico de armas, sin la existencia de amplias redes de militares, funcionarios de gobierno y de policías locales y federales tanto de México como de Estados Unidos.

Despenalizar la marihuana es quitar un pretexto a la corrupción y a la violencia; significa un mercado menos para la guerra de la hipocresía y representa un pequeño apoyo para pacificar México.

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