Pregunta: El endocrino me recetó hace unos meses un fármaco para perder peso; me comentó que era un medicamento nuevo derivado del cannabis. Hace años que no fumo pero lo probé y me funcionó bien. En la farmacia me han dicho que el fármaco lo han retirado ¿es verdad? ¿por qué?
Respuesta: El cannabis actúa sobre el organismo uniéndose a unos receptores que se encuentran en el Sistema Nervioso Central, llamados CB-1. Esos receptores están relacionados con muchas funciones del organismo, como son el control del apetito, los mecanismos de recompensa, la forma en la que se manejan la glucosa y las grasas en el organismo, etc… La activación de los receptores CB-1 es la responsable, entre otros efectos, de la sensación de apetito que aparece en muchos consumidores después de fumar cannabis.
Algunos fármacos como el dronabinol o la nabilona actúan activando los receptores CB-1 y produciendo, en cierta medida, efectos similares a los que produce la administración de cannabis fumado. Pero otra estrategia consiste en desarrollar fármacos que bloqueen estos receptores, con la idea de producir “efectos contrarios” que puedan ser aprovechados para el tratamiento de distintas enfermedades o problemas.
El rimonabant es el primero de estos fármacos antagonistas de los receptores CB-1, comercializado en Europa desde el año 2006. Su indicación principal ha sido el tratamiento de la obesidad en personas con otros factores de riesgo como el azúcar elevado en sangre (diabetes) o problemas de colesterol. El objetivo era producir una disminución del apetito que diera lugar a pérdida de peso y control de estos factores. Además se habían llevado a cabo estudios que parecían indicar que sería una opción de tratamiento más en el tratamiento para ayudar a dejar de fumar, porque modificaba de alguna forma los mecanismos que perpetúan la adicción al tabaco. Ya que el fármaco bloquea los receptores a los que se unen los principios activos del cannabis, se llegó a plantear su uso para tratamientos de desintoxicación al hachís y la marihuana.
Alguno de los ensayos clínicos que precedieron a la comercialización del rimonabant señalaba que, como efecto adverso, podían aparecer trastornos de tipo depresivo. Sin embargo los mecanismos de vigilancia farmacológica de la Unión Europea detectaron durante el año 2007 un elevado número de suicidios en personas que estaban en tratamiento con rimonabant. Por ese motivo se ha suspendido la comercialización del producto el pasado mes de Octubre.
El hecho de que estemos hablando de un fármaco más o menos relacionado con el cannabis es anecdótico en este sentido. Pero no es la primera vez que un fármaco es retirado rápidamente del mercado al poco tiempo de su comercialización por efectos adversos. Así, hay que tener cierta precaución cuando se utilizan fármacos nuevos creyendo que son necesariamente mejores que otros antiguos. Como en todo, la experiencia es un factor a tener en cuenta.