Liderados por el exministro del Interior Daniel Vaillant, el grupo de Estudios Socialista, Radical y Ciudadano (SRC), corriente que agrupa a varios diputados, propuso despenalizar el consumo y trafico de hachís y aumentar los esfuerzos en la concienciación ciudadana sobre sus efectos.

Un grupo de diputados socialistas franceses propuso este miércoles legalizar el cannabis, ante la constatación de que la lucha contra el tráfico y el consumo de esta droga no ha podido evitar el incremento de su utilización en el país.

Liderados por el exministro del Interior Daniel Vaillant, el grupo de Estudios Socialista, Radical y Ciudadano (SRC), corriente que agrupa a varios diputados, propuso despenalizar el consumo y trafico de hachís y aumentar los esfuerzos en la concienciación ciudadana sobre sus efectos.

“Lo paradójico es que Francia tiene una de las legislaciones más represivas de Europa, pero el nivel de consumidores es uno de los más altos, en particular entre los jóvenes de entre 15 y 24 años”, afirmó al diario “Le Monde” Vaillant, responsable de Interior entre 2000 y 2002.

Agregó que, con la legalización, los consumidores “podrán fumar mejor” y se evitarán prácticas habituales en la actualidad como añadir al cannabis bolitas de cristal o polvo de neumáticos para que el producto pese más.

Según el grupo, en los últimos años se ha intensificado la persecución de los consumidores de hachís, 90.000 de los cuales son detenidos cada año, ocho veces más que a principios de siglo.

Pese a esa política y a que en Francia el consumo de cannabis está penado con hasta un año de cárcel y 3.750 euros de multa, se calcula que en el país hay 4 millones de consumidores, un tercio de ellos de forma regular.

Frente a la represión, el SRC propone “informar mejor y prevenir”, así como “legalizar bajo control”, de forma que “el Estado regule la producción -lo que garantizaría la calidad del producto– la importación y la distribución en lugares específicos”, señaló Vaillant.

Se destinarían 53.000 hectáreas al cultivo de cannabis en condiciones muy estrictas para garantizar su calidad, se controlaría la importación y se combatiría el consumo irresponsable con el mismo esquema que se utiliza actualmente para el alcohol.

Con estas medidas, entre otras, el exministro considera que se puede combatir mejor el consumo entre los menores.

Además, el grupo de diputados socialistas cree que se debe autorizar el cannabis con fines terapéuticos, como han hecho ya Canadá, Italia, Alemania o 13 estados de Estados Unidos.

La legalización del cannabis cuenta con la oposición del Gobierno conservador, cuyo ministro del Interior, Claude Guéant, firmó una columna en “Le Monde” en la que considera que despenalizar el consumo provocaría un aumento del mismo porque “el acceso sería más sencillo”.

Para Guéant, la legalización no acabaría con el tráfico ilegal, como muestra el hecho de que existan traficantes de tabaco.

Además, opinó, muchos jóvenes no prueban esta droga por el único hecho de que es ilegal.

El ministro señaló que los países que optaron hace unos años por la despenalización están “dando marcha atrás” y puso como ejemplo el Reino Unido u Holanda, que está restringiendo la entrada en los “coffee-shops” a los extranjeros.

Guéant negó que todo el esfuerzo de su Gobierno vaya a la represión, que absorbe el 40 por ciento de los 1.500 millones de euros anuales que se destinan al combate contra las drogas.

El resto, agregó, se dedica a investigación, dispositivos sanitarios y prevención, una política que, dijo, está dando sus frutos, como demuestra que el número de menores de 17 años que experimenta con el cannabis está a la baja desde 2003 y se sitúa en los niveles de principios de siglo.

Fuente ElNacional

 

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