Skunk #1
Desde el número 106 y durante los próximos meses seré yo, Leroy McWolf, quien os guíe a través del camino de “El cultivo básico en espacios reducidos”. De esta forma, alternamos los puntos de vista de dos autores -yo mismo y Neal C. Borroughs- y hacemos más dinámicas las explicaciones que contienen los artículos.

Por Leroy McWolf

El cultivo en estas circunstancias está ganando importancia debido a la comodidad, discreción y eficiencia que podemos conseguir. En números anteriores se ha explicado cómo obtener hasta 140 gramos de flor curada, con una poda muy ajustada, partiendo de un espacio muy reducido y un consumo bajo, basado en 250 vatios de sodio.

Como os comentaba en la primera y segunda parte de esta serie (publicadas en los números 106 y 107 de la revista) Neal ya ha hablado sobre el tema genotípico en Cannabis Magazine, pero lo que aquí se pretende es tratarlo en profundidad, desde una perspectiva sencilla y accesible, para aclarar ciertas preguntas que nacieron durante las explicaciones del autor mencionado. La intención es detenernos en la elección de semillas y la crianza cannábica en espacios reducidos.

Antes de continuar donde lo habíamos dejado, debéis recordar las dimensiones aproximadas en las que nos movemos. Para mantener la continuidad argumental que esta sección ha ido construyendo durante los últimos meses, imaginemos que somos poseedores de un armario prefabricado de 60x60x140 centímetros o cualquier emplazamiento de dimensiones similares.

También debéis traer al consciente algunas de las recomendaciones genotípicas genéricas que os habíamos comentado. Habíamos explicado por qué debemos elegir orígenes índicos o híbridos de tendencia índica, cómo los periodos de floración afectan a los resultados de estas dimensiones y cuáles son algunas de las semillas más adecuadas.

Para aquellos que se decantaban por la homogeneidad (elección muy aconsejable si queremos rentabilizar al máximo un cultivo de estas características) y prefirieran recurrir a semillas consagradas, por “puritana” que parezca la elección, mencionábamos los siguientes genotipos:

        Skunk, Super Skunk, Old Skunk (Cheese), Red Skunk y sus derivados.

        Algunos tipos de Critical, como Critical Mass, Critical 47, Critical + o Kritikal Bilbo.

        Algunos tipos de Kush, como 8 ball kush, All Kush o Power Kush.

        Algunos tipos de plantas californianas y afganas.

Sensi Seeds Amsterdam

Esta es una forma muy genérica de “etiquetar” los tipos de plantas que nos convienen. Debido a la gran cantidad de variedades que existen a día de hoy la mención se vuelve inexacta y puede llevar a confusión. Muchas semillas que han heredado el nombre de uno de sus parentales (Skunk, Critical, Kush, Californian, Afghan, Northern, etcétera) conservan pocas de las características que caracterizaba a su progenitor.

Es bien sencillo, debemos conocer ciertos datos de la historia genética de aquellas plantas consagradas que se ajustan a nuestras exigencias dimensionales. Disponer de esta información se vuelve indispensable si queremos comprender cuáles son los genotipos que mejor se ajustan a nuestras limitadas circunstancias de cultivo y será indispensable a la hora de enfrentarnos a una “carta de variedades” en la actualidad, donde tenemos a nuestra disposición infinidad de cruces.

En el artículo anterior nos habíamos detenido en una de las versiones Old Skunk más afamadas: Cheese. Pues bien, en esta entrega nos detendremos en la originaria Skunk#1.

Haciendo acopio de información e intentando ser lo más breve posible, insinuemos alguno de los admisibles orígenes de esta mitificada planta. Allá por los años sesenta, los hippies más viajeros se dedicaban a buscar semillas de diferentes partes del planeta para recolectarlas y, después, llevarlas a Estados Unidos. Cultivaron y cruzaron estas variedades seleccionando los híbridos de mayor potencia y productividad.

Estos cruces son los que posibilitaron la creciente cantidad de variedades actuales, la especialización de las plantas, las adaptaciones concretas a climas, invernaderos o interiores y la creciente potencia de los ejemplares cultivados.

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Uno de los híbridos más alabados, por su potencia, producción y rapidez de floración fue Skunk#1. El nombre significa “mofeta” en inglés y, al igual que su pariente Old Skunk, del que os hablábamos en el número anterior, tiene un intensísimo olor.

Skunk#1 es la variedad híbrida más cultivada del planeta, sus orígenes comerciales se remontan hasta hace más de 30 años y forma parte de la mayoría de cruces actuales debido a las características arriba mencionadas y a su inmejorable adaptabilidad y resistencia.

Pese a su reputada fama, el origen contrastado de este cruce sigue siendo una incógnita. Esto se debe, básicamente, a la prohibición occidental o despenalización no regulada que estilaba algunas partes de Europa, como Holanda. Debido a estas circunstancias, se imposibilitó un registro real de las prácticas llevadas a cabo. Aún así, la mitología cannábica nos proporciona información sobre un posible cruce de genéticas afganas, colombianas y, según la persona que lo narra, tailandesas y mexicanas. Sea como fuere, la planta muestra componentes sativos e índicos y expresiones fenotípicas inmejorables.

En lo que sí parece que existe unificación de criterios es en lo concerniente al lugar y el año de desarrollo: Estados Unidos allá por el 1978. Supuestamente, Sam The Skunkman habría traído la genética a Holanda a principios de los ochenta, estabilizando así el primer híbrido Skunk#1.

Skunk invernadero

El propio Ed Rosenthal afirmó que Cultivator’s Choice, uno de los primeros bancos de semillas comerciales, desarrolló la variedad en la California hippie de los setenta.

Lo cierto es que la genética original ha sido mejorada por diversos bancos de semillas desde su salida al mercado. El primero de ellos fue Sacred Seeds, en el año 1976. En ambos casos, el de Sacred Seeds y el de Cultivator’s Choice, se cree que Skunkman fue partícipe y promotor de la genética dado que las características distintivas de las plantas eran muy similares.

Después vino Super Sativa Seed Club, que atribuía abiertamente a Sacred Seeds la paternidad de su Skunk#1. Fueron los primeros en afirmar que algunos de sus ejemplares superaban el 15% de THC, alcanzaban los 500 gramos en exterior y estaban listos para ser cosechados durante los primeros días de octubre.

Esta fue la clave que convirtió a Skunk#1 en la planta de todos, las palabras de Super Sativa Seed Club calaron en el consumidor y cultivador de marihuana. Estas cualidades, en conjunto, ofrecían una planta nunca vista hasta la fecha. La genética hacía las delicias de los cultivadores de cualquier clima entre cálido y templado.

Los efectos elevados, propios de genéticas con periodos de floración mucho más largos y un sabor y un olor muy marcados, terminaban por desequilibrar la balanza frente a otras clases de hierba. La “apestosa” Skunk#1 traía al consciente de quien la fumara la sapidez de las mejores sativas, dulces mezclados con terrosos, picantes y aquesados, saciantes.

 

En 1988, Cultivator’s Choice ganó la I Cannabis Cup con su versión de Skunk#1. Pocos meses después, el fundador de Seed Bank, Nevil, compró a Cultivator’s Choice todas sus variedades. El australiano ganó las Cannabis Cups de los dos años posteriores con cruces fundamentados en “la mofeta californiana”.

Nevil, que controlaba Seed Bank desde Holanda pero seguía siendo australiano, fue arrestado en uno de sus viajes cotidianos a su país natal, poco después de la celebración de la III Cannabis Cup en Ámsterdam.

Pagó su fianza, cerró su casa de semillas y desapareció de la escena cannábica. Este fue el comienzo de un silencio que duró unos 30 meses, el arresto sirvió de precedente y alertó a genetistas y productores de cannabis para cultivo. Un año después del cierre de Seed Bank, la mayoría de bancos trabajaban de forma clandestina. Incluso bajo estas delicadas circunstancias, las casas estaban especialmente interesadas en mejorar y estabilizar el maravilloso cruce que tenían entre manos.

A finales del año 1992, cuando las cosas volvían a transcurrir con cierta normalidad, Nevil regresó al escaparate cannábico y asoció su marca (Seed Bank) con la de Ben Dronkers (Sensi Seed Club) para formar la actual The Sensi Seed Bank.

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Y lo demás, como suele decirse, es historia. No dudéis ni por un instante que la Skunk#1 que podéis adquirir en Sensi Seeds es una muestra real de la cultura Skunk. Pueden existir inevitables diferencias con las plantas arriba descritas pero probablemente sean a favor de la estabilización y consagración de este cruce convertido en raza.

Puede sonar complejo, pero es tan fácil como que, en un principio, la Skunk#1 era un híbrido que provenía de cruces entre razas puras. Aquellas que habían ido a buscar hippies viajeros. Con el tiempo, Skunk#1 se cruzó consigo misma y con otros ejemplares de Skunk#1 que ya se distanciaban lo suficiente para ser consideras individuos no emparentados. Todo ello con la intención de mejorar y proporcionar una continuidad propia de una especie que comenzó a estabilizarse hace cuatro decenios.

Las razas puras provenientes de los diferentes lugares del planeta, aquellas subespecies que se han adaptado al clima del lugar y crecen salvajes, lejos de la mano castigadora del ser humano, tiene una calidad infinitamente inferior puesto que llevan cruzándose entre sí, con parentales cercanos y de todas las calidades existentes, desde hace cientos de años.

Por eso, podría afirmarse que Skunk#1 es la raza estable más potente del planeta. Ha sido la primera en disfrutar y sufrir el yugo del hombre. Buscando siempre la mejor calidad, la mayor producción y el menor tiempo de floración.

Skunk exterior

Siendo más concretos, remitámonos a la información que nos facilita la casa que actualmente vende la Skunk#1, The Sensi Seed Bank:

– Rendimiento: Muy productiva

– Clima: Soleado/Mediterráneo

– Altura media-alta

– Periodo de floración corto (45 – 50 días)

– 35% Sativa / 65% Indica

De esta forma, Skunk#1 se convierte en una de las mejores y más seguras inversiones que podemos hacer de cara a nuestro pequeño interior. La altura (que recortaremos ligeramente proporcionándole un pequeño periodo de crecimiento vegetativo, de algo más de dos semanas) sería la perfecta para el lugar que nos ocupa.

El periodo de floración sigue siendo uno de los más ajustados del mercado y cumple con exactitud. En un máximo de 50 días, que pueden ser en algunos casos sólo 6 semanas, tendremos nuestras plantas listas para la cosecha.

El toque de sativa, algo que notaréis inmediatamente en su efecto, saciará los deseos de aquellos que prefieran los globos elevados y no será excesivo para aquellos que se decanten habitualmente por índicas.

La producción, que puede equipararse a algunas genéticas actuales, sigue siendo otro de los puntos a su favor. Es cierto que otros híbridos pueden ofrecernos mayores cantidades de flor al terminar su ciclo vital pero, difícilmente, con la escasez de cuidados, vigorosidad y homogeneidad que muestra esta planta.

Lo que termina por convencernos y nos recuerda por qué la Skunk#1 sigue siendo una de las plantas más cultivadas, hoy, que disponemos de cientos de variedades, es el inmejorable sabor. El placer que supone consumir un buen ejemplar bien alimentado de esta maravillosa variedad sigue siendo algo único, una experiencia que ningún consumidor debiera perderse.

 

Acerca del autor

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.