Una madre desesperada por su hija que sufría graves lesiones en la piel inventó su propio remedio casero a base de aceite de marihuana. La receta fabricada en su propia cocina tuvo tanto éxito que la patentó y ahora la mujer tiene un negocio que factura más de 100.000 euros al año.
La historia que publica el periódico británico Daily Mail cuenta la historia de Natalie Balmond. La mujer no encontraba la manera de aliviar a su hija, Lula que desde los tres años sufría de intensos eczemas en la piel que le daban un color rojo y le provocaban escozor sin dejarla ni siquiera dormir.
«Tener una vida normal en esas condiciones era imposible», contó.
La madre visitó numerosos médicos que le recetaron a su hijo de todo lo que se podía esperar. Desde los medicamentos tradicionales hasta pócimas y otros a base de hierbas chinas. Le cambiaron la dieta, pero «nada parecía ayudarla».
«Muchas de esas cremas contienen esteroides que tenían demasiados efectos secundarios».
Los resultados siempre fueron descorazonadores, pero un día un amigo le regaló un libro sobre hierbas medicinales y Natalie se centró en estudiar las que tenían efectos sobre la piel.
«Me dí cuenta de que yo misma podía elaborar una crema y empecé con el aceite de cannabis, que es una excelente fuente de ácidos grasos esenciales», explicó la madre que mezcló con otros ingredientes como la cera de abejas, las ortigas y la manzanilla.
La mujer reconoce que muchos de sus amigos, incluso el que le regaló el libro, pensó que se había vuelto loca, pero estaba decidida a ayudar a su hija.
Primero probó una decena de cambios, hasta que la pomada tuvo la consistencia adecuada. «Después de probarlo en mi cuerpo para asegurarme de que era seguro lo apliqué sobre algunas zonas de la piel de Lula.»
Tras la primera vez se calmó casi inmediatamente». A los pocos días la madre notó que su hija empezaba a sanar. «La diferencia en su piel era enorme», contó. «Lula era una niña diferente, nuestras vidas cambiaron».
Un día, un amigo me pidió un poco de crema para probarla en la piel de su hijo, le fue bien y este se lo contó a otras personas.
En poco tiempo, la mujer se vio desbordada fabricando la crema en su cocina, trabajaba día y noche para tener suficiente cantidad y cubrir la demanda, así que se asoció con un empresario y ahora tiene su propia línea de ‘Salvación de la piel’ que vende a poco más de seis euros el pote pequeño bajo prescripción médica.
Su negocio factura más de 100.000 euros al año.