Los consumidores habituales de cannabis tienen ya un espacio en la región para poder fumar marihuana sin cometer ninguna ilegalidad, el Private Cannabis Club. Un bar/restaurante situado en Paracuellos de Jarama, que abrió sus puertas a principios de noviembre y tres semanas después cuenta con más de 70 socios inscritos.

Entre los requisitos indispensables para poder consumir en este recinto destacan: estar inscrito en esta asociación, ser mayor de edad y fumar un máximo de 50 gramos a la semana. Los interesados en formar parte de la entidad tiene que abonar diez euros iniciales (precio de la inscripción) y diez euros más cada mes. No obstante, el primer año se paga en bloque, por lo que se tendrá que abonar 130 euros de golpe. Una vez asociados ya pueden consumir dentro del local, ya sea su propia marihuana o la que se les dispensa allí, que tiene un coste de seis euros el gramo.

Hasta el momento, los tres fundadores de esta asociación tienen que acudir al mercado ilegal para conseguir el cannabis, que lo pagan con las mensualidades de sus clientes. No obstante, su intención es crear un cultivo dentro de este espacio que han habilitado para poder plantar su propia marihuana. “Espero que tarde o temprano podamos cosechar nuestras plantas. No pedimos que se legalice el consumo de cannabis en España, pero sí el autoconsumo”, comenta a Madridiario Carlos Yerbes, tesorero del Private Cannabis Club. “Hasta ahora podemos consumir en el ámbito privado, como en este recinto, pero no podemos cultivar. Por tanto, nos están obligando a comprar en mercados ilegales”, añade.

Este es uno de los motivos por los que nace esta asociación, de la mano de Pedro Álvaro Zamora (presidente), Rubén García (secretario general) y Carlos Yerbes (tesorero). El objetivo es luchar por los derechos de los fumadores de cannabis, o según Yerbes, los ‘cannábicos’, quienes se siente desamparados y rechazados. La intención es unir esfuerzos para regularizar el consumo responsable, evitando que el consumidor terapéutico tenga que acceder al mercado negro, denunciar los abusos y reclamar a los poderes públicos una política de drogas más justa y eficaz. “No somos delincuentes, ni traficantes. Somos consumidores de cannabis”, afirma Yerbes. En ese sentido, el tesorero de la entidad asegura que el club no es un negocio, sino que es un movimiento por una lucha social de los consumidores de esta sustancia.

Fumar sin problemas

Los principales clientes son varones, de entre 25 y 40 años y procedentes en su mayoría de Madrid. Un 20 por ciento acceden al local por recomendación de un médico, aunque principalmente los clientes van por ‘hobby’. Cada día se pueden juntar alrededor de 15-20 personas, que se reúnen para jugar al mus, a las cartas o al futbolín. “Somos personas normales, que no queremos pasar frío mientras nos fumamos un cigarro de marihuana”, explica Yerbes. Todos ellos persiguen un mismo objetivo: fumar cannabis sin ser multados. Y en este club pueden hacerlo, ya que consumirlo dentro del ámbito privado es legal en España. “Queríamos un lugar donde poder disfrutar del ocio, mientras nos fumamos un porro. Sin crear problemas, ni que nadie nos multase. Y lo hemos conseguido”, asegura el tesorero del club.

Este bar/restaurante, con una extensión total de 300 metros cuadrados cuenta con una barra, un salón comedor para celebrar comidas y cenas de cumpleaños y una sala ‘chill out’ con videoconsola y sofás para relajarse. Pero no pretende ser un espacio para tomarse una cerveza y fumarse un porro, sino que quieren que sea un espacio diferente, donde se organicen cursos, talleres y conferencias para sensibilizar a los fumadores de cannabis sobre la importancia de consumirlo con responsabilidad y moderación. La intención es educar sobre la marihuana y concienciar a la población de que no es solo una droga, sino que también se usa para fines terapéuticos. “No queremos que el club se convierta en un fumadero, donde los jóvenes consuman sin medida, ya que estos tienen que estudiar y aprender, antes que consumir”, argumenta Yerbes.

Luchar por sus derechos

Los tres fundadores confían en que con el tiempo esta asociación aumentará el número de socios y podrán comenzar a movilizarse por sus derechos, conseguir cambiar las leyes que afectan al cannabis y luchar por la regularización del autoconsumo. “Queremos una solución ya”, aseguran. “Los ‘cannábicos’ tenemos que salir del armario. Solo así conseguiremos lo que queremos”, afirma Yerbes, a la vez que se muestra convencido de que hay mucha gente que consume cannabis pero que no lucha por sus derechos.

La asociación Private Cannabis Club es una entidad basada en otros organismos ya fundados en España, como en el País Vasco o Cataluña. En abril de 2010 los tres fundadores arrancaron con la asociación y en julio la registraron, para que en noviembre comenzara ya a funcionar este bar/restaurante, situado en la calle de Guillermo Mesa, 2, en Paracuellos de Jarama. Solo hay un aspecto que les diferencia del resto de entidades y es que está ubicada en un bar, no un local, “como el resto de las asociaciones”, añade Yerbes, quien se muestra convencido en todo momento de que entre todos los ‘cannábicos’ se pueden cambiar las leyes y conseguir el autoconsumo y la legalización de los cultivos. “Si nos unimos todos, podemos hacer que esto cambie”, concluye.

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