Justin Gover, director ejecutivo de la pequeña empresa de biotecnología GW Pharmaceuticals, que fabrica un fármaco contra la esclerosis múltiple a base de cannabis, confía en conseguir próximamente la luz verde de las autoridades estadounidenses para comercializarlo en ese país.

En una entrevista con el diario “The Independent”, Gover explica las dificultades que ha tenido antes en el Reino Unido y el continente europeo para convencer a las autoridades sanitarias de las virtudes del fármaco, comercializado como Sativex.

“Partimos de la perspectiva de que miles de pacientes no pueden equivocarse. Inicialmente teníamos una licencia del ministerio del Interior (británico) para cultivar el cannabis, y eso hizo que los medios hablaran de nosotros”.

“A partir de ese momento comenzamos a recibir cartas de pacientes dándonos las gracias y hablándonos de sus experiencias (con el fármaco), por lo que para mí el reto consistía en demostrar que lo que esos pacientes habían experimentado indicaba su eficacia”, explica Gover.

Antes de conseguir el permiso británico en junio, pasaron varios años de incertidumbre, con test que no lograban demostrar de modo convincente que los productos derivados del cannabis alivian el dolor.

La industria de la biotecnología, señala Gover, se resiente muchas veces de la insuficiente financiación y por cada empresa que tiene éxito comercial hay diez que no consiguen salir adelante.

Tras ser aprobado el producto en el Reino Unido el pasado junio, lo fue también en España un mes más tarde, lo que no significa que ese laboratorio pueda echar ya las campanas al vuelo.

Gover ha puesto ahora su punto de mira en Estados Unidos, “El Dorado” de la industria farmacéutica.

Gracias al permiso obtenido del ministerio del Interior británico, GW dispone de dos lugares secretos, supuestamente en la costa sur de Inglaterra, donde cultiva el cannabis.

Pero para poder despegar en Estados Unidos, la compañía hubo de convencer a la agencia antidrogas de ese país -la DEA- para que le diese la primera licencia de importación para una droga cuya eficacia en medicina es todavía discutida.

Las compañías californianas que logran la aprobación de las autoridades de ese Estado pueden cultivar marihuana para usos médicos gracias a la llamada proposición 215, aprobada en 1996.

GW contrató allí a un abogado que tuvo un papel crucial en la aprobación de esa ley, y desde entonces su fármaco Sativex ha pasado varios test y muy pronto, según espera Gover, tratará de superar el definitivo.

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