Las prohibiciones a drogas como el éxtasis, los hongos mágicos y el LSD dañaron la investigación científica sobre el cerebro y detuvieron el avance de la medicina, al igual que la veda al estudio con células madre del ex líder estadounidense George Bush, dijo el jueves un destacado neurocientífico británico.
David Nutt, profesor de neuropsicofarmacología del Imperial College de Londres y ex asesor jefe sobre drogas del Gobierno británico, dijo que la prohibición internacional de las drogas psicodélicas y otras sustancias que alteran la mente en los últimos 50 años ha tenido consecuencias dañinas y «perversas».
«Cuando una droga se vuelve ilegal, realizar una investigación experimental sobre ella es casi imposible», dijo Nutt a periodistas en una conferencia en Londres, de cara a la publicación de su nuevo libro, «Drugs – without the hot air».
El científico comparó la situación con la que padeció la investigación con células madre bajo el mandato del ex presidente George W. Bush, quien prohibió cualquier estudio nuevo con células madre embrionarias entre el 2001 y el 2009, una medida que muchos expertos consideran retrasó el campo por años.
Nutt manifestó que el problema con el enfoque actual sobre las políticas ligadas a las drogas a nivel global, que se centran en prohibir las sustancias que se creen más dañinas, «es que se pierde perspectiva del hecho de que esas drogas bien podrían brindar conocimiento de áreas de la ciencia que necesitan ser exploradas y también nos darían nuevas oportunidades terapéuticas».
Casi todas las drogas que son de interés en términos de fenómenos cerebrales como la conciencia, la percepción, el humor, la psicosis -drogas como las psicodélicas, la ketamina, el cannabis, los hongos mágicos- actualmente son ilegales. Por ello, casi no hay trabajo científico en este campo», dijo Nutt.
El científico realizó el año pasado un pequeño ensayo con humanos para estudiar los efectos de la psilocibina, el ingrediente activo de los hongos mágicos, sobre el cerebro.
Contrariamente a lo que esperaban los científicos, el estudio halló que la psilocibina no aumenta sino que suprime la actividad en zonas cerebrales relacionadas con la depresión, lo que sugiere que el fármaco sería un tratamiento útil para esa condición.
Nutt indicó que tuvo que «superar cientos de obstáculos» para poder realizar el estudio, al tener que lidiar con un nivel complejo y costoso de mecanismos de seguridad y normas que le consumieron mucho tiempo y habrían hecho claudicar a la mayoría de los científicos.
QUÉ SON LAS DROGAS Y QUÉ HACEN
El profesor, que fue despedido en el 2009 tras una disputa de alto perfil con el Gobierno británico luego de que comparara los riesgos de fumar cannabis con los que andar a caballo, dijo que escribió el nuevo libro con la esperanza de mejorar la comprensión sobre las drogas, tanto legales como ilegales y medicinales como recreativas.
«No hay casi nadie en la sociedad que no tome drogas de algún tipo. Las opciones que se toman al respecto de la ingesta de drogas incluyen una mezcla compleja de moda, hábito, disponibilidad y publicidad», indicó el experto.
«Si entendemos más sobre las drogas y tenemos un enfoque más racional sobre ellas, realmente terminaremos sabiendo más sobre cómo lidiar con los daños de las drogas», agregó.
Publicado el jueves, el libro busca explorar la ciencia de qué es una droga y cómo funciona. Y debate sobre si la «guerra a las drogas» hizo más daño que bien. Nutt Cree que sí lo hizo.
También explora por qué la reina Victoria de Gran Bretaña tomó cannabis. Aparentemente su médico J.R. Reynolds escribió un artículo en la revista médica The Lancet en el que indicó que «cuando es pura y se administra cuidadosamente, (el cannabis) es una de las medicinas de más valor que poseemos».
Reynolds prescribió la droga a la monarca para ayudarla a lidiar con sus dolores menstruales y luego de dar a luz.
El libro también tiene capítulos sobre por qué las personas toman actualmente drogas, y dónde deberían estar -y si debería haber- límites entre las drogas legales como el tabaco y el alcohol y las ilegales como el cannabis y los hongos mágicos.
Nutt no discute que las drogas sean perjudiciales, pero trata el tema de lo que considera que son decisiones no científicas para prohibir una, como el cannabis, y permitir que otras, como el alcohol, estén disponibles en supermercados.
«Las drogas son drogas. Diferirían en términos de sus efectos sobre el cerebro, pero fundamentalmente son todos agentes psicotrópicos», dijo el científico.
«Y es arbitrario si elegimos mantener el alcohol como legal y prohibir el cannabis, o hacer el tabaco legal y prohibir el éxtasis. Esas no son decisiones científicas sino políticas, morales y quizá incluso religiosas», finalizó Nutt.