Un estudio sugiere que los hongos alucinógenos pueden modificar las conexiones cerebrales en pacientes con trastorno dismórfico corporal, ofreciendo alivio a largo plazo de los síntomas.

Un estudio pionero de la Universidad de Columbia en Nueva York sugiere que la psilocibina, el componente clave de los hongos alucinógenos, podría ayudar a las personas con trastorno dismórfico corporal (TDC). La investigación, publicada en la revista Psychedelics, analizó cómo la psilocibina afecta la actividad cerebral de los pacientes con TDC, encontrando cambios significativos en las conexiones cerebrales que podrían reducir los patrones obsesivos de pensamiento característicos del trastorno.

Comprender el trastorno dismórfico corporal: una lucha oculta

El trastorno dismórfico corporal es una grave enfermedad mental caracterizada por una fijación irracional en defectos físicos percibidos que generalmente son imperceptibles para los demás. Esta preocupación compulsiva provoca un gran malestar emocional que puede llevar al aislamiento social, ansiedad y depresión. Los pacientes con TDC suelen obsesionarse con aspectos como la forma del cuerpo, los rasgos faciales o la textura de la piel, intentando «corregir» estos supuestos defectos mediante exceso de cuidado personal, cirugía estética o distanciamiento social.

Para muchos pacientes, especialmente aquellos con casos graves, los tratamientos tradicionales como la terapia cognitivo-conductual (TCC) y los antidepresivos han tenido un éxito limitado. Esto ha dejado a un gran porcentaje de personas con TDC en busca de tratamientos más efectivos. En este nuevo estudio, se administró una dosis de 25 mg de psilocibina, el ingrediente alucinógeno de los hongos mágicos, a ocho personas con TDC moderado o grave, utilizando COMP360, una formulación sintética de COMPASS Pathways. Después del tratamiento, se realizaron evaluaciones de los síntomas y estudios de imagen cerebral para comprender mejor cómo la psilocibina podría ayudar a quienes están atrapados en ciclos de pensamientos obsesivos.

Psilocibina y alivio duradero de los síntomas

El estudio reveló que una sola dosis de psilocibina mejoró significativamente la conectividad cerebral, especialmente en las redes involucradas en el control cognitivo y la regulación emocional. Uno de los hallazgos más importantes fue el aumento de la actividad en la Red de Control Ejecutivo (ECN), una área del cerebro que controla la toma de decisiones, la flexibilidad cognitiva y el comportamiento orientado a objetivos. Este aumento en la conexión de la ECN sugiere que la psilocibina podría ayudar a los pacientes a romper con los procesos cognitivos rígidos y compulsivos que definen el TDC.

Además, la ECN mostró conexiones fortalecidas con la Red de Modo Predeterminado (DMN), una región del cerebro involucrada en la autorreflexión y los procesos de pensamiento interno, a menudo hiperactiva en personas con TDC. La mejora en la comunicación entre estas redes podría reducir la intensidad de la rumiación negativa centrada en uno mismo, permitiendo a los pacientes verse a sí mismos y a sus supuestos defectos de manera menos crítica y más objetiva. Otra red importante, la Red de Saliencia, que ayuda al cerebro a priorizar estímulos y emociones importantes, también mostró una mejor conectividad. Este cambio podría permitir a las personas con TDC redirigir su atención hacia pensamientos más equilibrados y saludables.

Crucialmente, estos cambios en la conectividad cerebral fueron duraderos. Tras una única sesión con psilocibina, los participantes informaron de una remisión continua de sus síntomas de TDC, con beneficios que duraron hasta 12 semanas. Esta duración prolongada del alivio de los síntomas es especialmente significativa, ya que sugiere que los efectos de la psilocibina en la actividad cerebral podrían ofrecer ventajas a largo plazo, a diferencia de los tratamientos tradicionales que suelen requerir un uso continuo para mantener las mejoras.

Un paso prometedor, pero se necesita más investigación

Aunque la terapia con psilocibina para el trastorno dismórfico corporal ha avanzado considerablemente con este ensayo, los investigadores advierten que se necesita más investigación antes de que pueda ser ampliamente utilizada. A pesar del optimismo, los resultados también señalan importantes limitaciones que deben ser abordadas en estudios más detallados para comprender adecuadamente la seguridad y eficacia de la psilocibina para este trastorno específico.

Uno de los principales inconvenientes de este estudio es el reducido tamaño de la muestra: solo ocho participantes. Aunque los resultados son alentadores, se necesitan estudios más amplios y diversos para demostrar que la psilocibina puede ofrecer beneficios comparables en una población más amplia de pacientes con TDC. Además, la falta de un grupo de control con placebo hace difícil determinar si los beneficios observados se deben realmente a la psilocibina o si fueron influidos por otros factores, como el efecto placebo o el ambiente controlado en el que fueron tratados los participantes.

El Dr. Xi Zhu, investigador principal del estudio, y su equipo subrayan la necesidad de ensayos controlados aleatorios (ECA) para evaluar correctamente el potencial terapéutico de la psilocibina en el TDC. Estos estudios compararían los efectos de la psilocibina con los de un placebo u otras terapias en un entorno doble ciego, donde ni los sujetos ni los investigadores sabrían qué tratamiento se ha administrado. Dichas investigaciones proporcionarían más pruebas sobre la eficacia de la psilocibina y ayudarían a desarrollar regímenes de dosificación estandarizados, algo que actualmente falta en el ámbito de la terapia asistida por psicodélicos.

Además, aún no se comprende del todo cómo la psilocibina provoca estos cambios duraderos en las conexiones cerebrales y cómo se correlacionan con el alivio de los síntomas. Se necesita más investigación para entender cómo interactúa la psilocibina con el cerebro a nivel molecular y por qué sus efectos tienden a perdurar mucho después de que la sustancia haya sido eliminada del cuerpo. Comprender estas vías podría ayudar a mejorar los tratamientos basados en psilocibina y aumentar su eficacia.

A pesar de estas dificultades, los resultados del estudio representan un avance significativo en la búsqueda de nuevos tratamientos para trastornos como el TDC, que tradicionalmente han sido resistentes a las intervenciones médicas convencionales. Con los avances continuos en la investigación psicodélica, la psilocibina podría convertirse en un tratamiento efectivo para una variedad de trastornos de salud mental marcados por el pensamiento obsesivo y una imagen personal distorsionada, incluyendo el TDC.

En resumen, aunque el estudio actual ofrece una base prometedora, se necesita mucha más investigación para confirmar el potencial terapéutico de la psilocibina en el tratamiento del TDC. El progreso en esta investigación y la realización del potencial terapéutico de los psicodélicos requerirá ensayos más amplios, controles con placebo y una mejor comprensión de los efectos de la droga en el cerebro.

Acerca del autor

The Swami

Amante del cannabis y especializado en el mundo de las sustancias psicoactivas. Escritor y psiconauta.