La disponibilidad de micronutrientes es un factor esencial para el desarrollo vegetal así como para la obtención de un buen rendimiento.
por Marish McDalena Monroe
Hay que tener en cuenta que cualquier deficiencia de uno de estos elementos puede convertirse en un factor limitante para la producción. Aunque también cabe mencionar que, en líneas generales, si se utiliza un buen sustrato, se ajusta correctamente el pH y la fertilización es equilibrada, las plantas no deberían sufrir la carencia de ninguno de ellos. En este artículo, trataremos este tema tan importante, viendo cuáles son las principales funciones de estos minerales tan necesarios en todo tipo de cultivos.
Micronutrientes esenciales
En nutrición vegetal se conocen como micronutrientes esenciales aquellos minerales que las plantas necesitan en pequeñas dosis para su correcto desarrollo. Se encuentran en ellas en una cantidad inferior al 0,01% de la materia seca. Aunque determinadas especies vegetales pueden requerir otros elementos, en el caso del cannabis, son micronutrientes esenciales el hierro, el boro, el manganeso, el cobre, el cloro, el zinc y el molibdeno. Si bien existen otros elementos que pueden tener un efecto beneficioso sobre el cultivo, como por ejemplo el silicio, no son imprescindibles para el desarrollo del mismo. Cabe recordar que la ausencia total de cualquier micronutriente esencial puede causar la muerte del ejemplar que la sufre, siendo este uno de los principales motivos de su esencialidad.
El hierro
Este nutriente es fundamental en diversos procesos de las plantas como la respiración, la formación de clorofila, la fijación del nitrógeno, etc. Su deficiencia suele darse cuando el pH del sustrato es superior a 7, ya que por encima de este valor disminuye su solubilidad. Cuando un ejemplar sufre la carencia de este elemento, lo manifiesta mostrando la llamada clorosis férrica, que consiste en un amarillamiento de la hoja entre los nervios que se mantienen de color verde. El hierro es un nutriente inmóvil por lo que esta falta de color se mostrará en las hojas más jóvenes. Otras causas de su déficit pueden ser una elevada salinidad o temperaturas demasiado bajas en el medio radicular. Si aun habiendo ajustado el pH en los riegos, la planta sigue mostrando síntomas carenciales, lo más probable es que el sustrato esté saturado de sales. Si este fuera el caso, hay que hacer un lavado de raíces, a ser posible con agua osmotizada o destilada, ya que un exceso de calcio (que suele estar presente en el agua del grifo) también podría bloquear la absorción de este nutriente.
El exceso de hierro es poco común y no debería darse dentro de un proceso de abonado razonable. Su principal consecuencia es el bloqueo de la absorción de otros minerales. Al igual que con el resto de nutrientes, para corregirlo deberemos hacer un buen lavado de raíces.
El boro
El boro es un elemento que influye en múltiples funciones fisiológicas. Se sabe que interviene en la división, diferenciación y elongación celular. También facilita el transporte de azúcares e interviene en la absorción del calcio. Además, es muy importante en los cultivos para semillas, ya que su falta puede afectar a la producción de polen y disminuir la fertilidad de las hembras.
Al ser un nutriente con muy poca movilidad, sus carencias se empiezan a notar en las partes más jóvenes de las plantas. Cuando existe una deficiencia en la asimilación de este mineral, las hojas de los brotes apicales muestran una ligera deformidad, manchas de color cobrizo como quemaduras y se vuelven frágiles y quebradizas. En principio, con el uso de un fertilizante equilibrado y ajustando el pH no deberíamos sufrir ningún déficit. Las causas más comunes de este son un pH demasiado alto (por encima de 7,5) y un abonado excesivamente rico en nitrógeno. Si detectas que podrías estar sufriendo la falta de este nutriente, añade estimuladores que lo contengan, pueden ser de crecimiento o floración según la fase en que esté la planta. También puedes agregar algún complemento a base ácido bórico, según las instrucciones del producto. Otra opción es hacer un lavado de raíces si crees que es la consecuencia de un elevado nivel de nitrógeno.
Por otra parte, es muy poco habitual tener un exceso de boro en el cultivo de cannabis. Las causas más comunes son el uso en demasía de complementos con ácido bórico, ya sean para una finalidad nutritiva o fitosanitaria (como insecticida para hormigas y otros). Cuando el boro se absorbe en exceso, puede resultar fitotóxico.
El manganeso
Se trata de un elemento fundamental en la formación de clorofila y en el proceso fotosintético. Así que una deficiencia de este nutriente se traduce en una pérdida de eficiencia en la fotosíntesis y en clorosis. Esta se muestra en las hojas más jóvenes en primer lugar y va avanzando hacia las partes intermedias de la planta si no remedia. Los nervios permanecen verdes y a medida que aumenta el déficit aparecen manchas necróticas hacia el centro de la hoja. Además la planta ralentiza su desarrollo, viéndose afectada la producción. Las causas más comunes de una falta de manganeso son un pH superior a 7 o inferior a 5 y un entorno radicular demasiado frío. De modo que las mejores opciones para la carencia de este, siempre que se esté abonando correctamente, serían ajustar el pH y elevar la temperatura del suelo a más de 18 grados.
Los excesos de este mineral también son negativos para la planta y suelen darse por una aplicación demasiado elevada del mismo. Estos se manifiestan con la aparición de unas manchas entre amarillas y anaranjadas en la parte central de las hojas apicales. Además, puede verse afectada la absorción de hierro y zinc y comporta una pérdida general de vigor.
El cobre
El cobre se necesita para el correcto equilibrio de los nutrientes en la planta. Ayuda a fijar el Nitrógeno y es otro de los elementos necesarios para la producción de clorofila. También participa en la síntesis de proteínas y azúcares.
Es importante remarcar que si un ejemplar no dispone del suficiente cobre será más débil frente al ataque de hongos. Por tanto es conveniente prestar atención a la deficiencia de este micronutriente. Cuando esta se da, aparece en las hojas una clorosis que se acompaña de la deformación de las puntas de los foliolos. Además, la planta tiene un aspecto caído, incluso si se encuentra bien regada, y el espacio internodal entre los nuevos brotes es menor.
Es bastante extraño que se presenten carencias de este elemento en el cannabis, pero no imposible. Un exceso de nitrógeno en el abonado puede impedir que se absorba correctamente el cobre. Si el ambiente es muy húmedo y el suelo se encuentra encharcado demasiado tiempo, o este es muy alcalino, las plantas también comenzarán a tener dificultades para asimilarlo.
La solución es muy sencilla: bastará con añadir el cobre, bien sea en el abonado o por vía foliar. En este último caso, utilizar sulfato de cobre será de gran ayuda. No obstante, hay que tener bastante cuidado al aplicarlo, ya que si se hace de forma excesiva, este oligoelemento puede resultar fitotóxico. Los excesos se traducen en que el desarrollo general de la planta se ve frenado; la ramificación es menor, y el sistema radicular se vuelve fibroso, dejando hacer las funciones de absorción de nutrientes correctamente. Normalmente, se deben a una aplicación excesiva, ya sea como fertilizante o como preventivo anti hongos en el caso del sulfato de cobre. Para poder remediarlo tenemos que realizar un lixiviado del medio.
Cloro
Interviene en diversas funciones de las plantas como la fotosíntesis, la activación enzimática y los procesos osmóticos. La carencia de cloro es muy poco habitual en la gran mayoría de cultivos, no solo en el de cannabis.
Como ya sabrás, el problema más común relacionado con este elemento es el exceso del mismo. Esto se debe a que se utiliza como desinfectante para el agua potable. Aunque está demostrado que dosis elevadas de trihalometanos (compuestos que se forman al reaccionar el cloro con la materia orgánica) incrementan el riesgo de padecer cáncer y que existen diversas alternativas para la desinfección del agua, en España se sigue utilizando el método de la adición de cloro en diversas formas. El mayor problema es que, en determinadas zonas, las aguas están fuertemente contaminadas por residuos orgánicos, así que se añaden elevadas dosis de Cl para poder “potabilizarlas”, eliminar las bacterias y mantener el agua en estado de desinfección hasta que llegue al consumidor. De esta forma, el agua que sale del grifo en la mayor parte de la vertiente mediterránea en España contiene cloro en cantidades elevadas.
Para prevenir los excesos de este elemento, puedes hervir el agua durante veinte minutos o bien dejarla reposar veinticuatro horas. De ambas formas el cloro se evaporará.
Zinc
Se trata de un mineral clave en un gran número de compuestos enzimáticos que además tiene un papel bastante importante en la actividad auxínica. Cabe recordar que las auxinas son las hormonas responsables del crecimiento de las plantas, así que una deficiencia de zinc se traduce en un retraso en el desarrollo y una menor altura. También aparecerá clorosis en los bordes de las hojas más jóvenes, quedando como quemados. Las causas más comunes de una falta de este nutriente suelen ser el antagonismo con otros elementos, especialmente el fósforo. Aunque también puede deberse a bajas temperaturas o a un pH demasiado alto o bajo. La solución a la carencia de zinc pasará por realizar un lavado de raíces con un pH ajustado por si se debería a un bloqueo por exceso de sales. También es aconsejable añadir algún producto que contenga micronutrientes. Normalmente, los estimuladores, tanto de crecimiento como de floración, son ricos en ellos.
Molibdeno
Tiene una importancia capital en la fijación y aprovechamiento del nitrógeno. Es bastante extraño encontrar deficiencias de este micronutriente en el autocultivo de cannabis. Los síntomas carenciales se manifiestan como un déficit de nitrógeno, al verse dificultada su asimilación. Un valor de pH demasiado ácido (menor que 5) es la causa más común de deficiencia para este elemento, así que bastará con ajustarlo para corregir el problema. El exceso de este oligoelemento también es muy infrecuente en la marihuana y se traduce en carencias de hierro y cobre.
Con este artículo concluye la serie que trata sobre los nutrientes. Espero que te haya sido de utilidad y que hayas aprendido algo nuevo sobre la nutrición del cannabis. ¡Muy buenos humos y hasta el próximo número!
Acerca del autor
Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.