En las dos partes de éste artículo vamos a tratar una de las plagas que afectan a nuestros cultivos más difíciles de controlar: los nematodos, nemates o gusanos redondos. Gran parte de la información que se va a dispensar en éste artículo se la debemos a grandes nematólogos españoles, de los cuales cabe destacar a Don Antonio Bello Pérez que fue Profesor de Investigación del CSIC, Doctor en Ciencias Biológicas y fundador del primer departamento de Agroecología en España. Hijo de agricultor y maestra de escuela siempre defendió la eliminación de los agroquímicos de la agricultura.

Por Víctor Bataller Gómez

            Comenzó como investigador en 1973. En 1978 ascendió a Profesor de Investigación, con el número uno de su promoción. Al año siguiente pasó a ser Jefe de la Unidad de Biología Ambiental en el instituto de Edafología y Biología Vegetal, donde llegaría a ser el director hasta 1990.

            Entre los cargos que ha ostentado caben destacar el de Presidente de la Organización de Nematólogos de los Trópicos Americanos (ONTA), Presidente de la Sección de Nematología de la Unión Fitopatológica Mediterránea, Presidente de la Sociedad Española de Fitopatología, Miembro de la Junta de Gobierno de la Asociación Española de Científicos y Miembro fundador de la Sociedad de Científicos por el Medio Ambiente (CIMA)…

            En 1997 se le concedió el Premio de la Environmental Protection Agency (EPA) por su contribución a la defensa del medio ambiente, siendo el único científico español que hasta la fecha ha recibido este galardón. También fue premiado por la Asociación Española de Científicos por su contribución en el campo de la Agroecología. También se le concedió el Premio por Servicios Distinguidos de la Organización de Nematólogos de los Trópicos Americanos (ONTA), Premio Internacional 1992 VIDA SANA a la Creatividad Científica y el de Fomento de la Cultura y Desarrollo Biológico otorgado por dicha Asociación, Premio Ciudad de Castellón de Investigación Científica y Técnica.

            Gran parte de los resultados que sobre el control biológico de nematodos se van a facilitar en el próximo capítulo de nematodos van a deberse a la entrega desinteresada de éste tinerfeño universal.

            Los nematodos deben su nombre del griego nema, “hilo” y eidés u oídos que significa “con aspecto de” y presenta más de 25000 especies registradas aunque tal vez pueda alcanzar el medio millón.

            Son organismos esencialmente acuáticos, aunque proliferan también en los suelos. Existen especies parásitas de plantas y animales, incluyendo al hombre, provocándole enfermedades como Anisakiasis (Anisakis), Anquilostomiasis (Ancylostoma duodenale y Necator americanus), Ascariasis (Ascaris), Dracunculiasis (Dracunculus medinensis), Enterobiasis (Enterobius vermicularis), Estrongiloidiasis (Strongyloides), Oncocercosis (Onchocerca volvulus), Toxocariasis (Toxocara), Triquinosis (Trichinella),… pero el número de estas especies parasitarias es muy pequeño en comparación al número de especies totales de nematodos.

            Son dioicos en su inmensa mayoría, es decir, son individuos sexualmente diferenciados, unos son machos y otras son hembras. Miden desde menos de 1 mm a 50 cm de largo e incluso más como la hembra de la especie Placentonema gigantisima que llega a alcanzar los 8 metros y 2’5 centímetros de diámetro; es el nematodo más grande conocido y parasita la placenta de los cachalotes produciendo una gran cantidad de huevos.

            Los nematodos son gusanos redondos, de cuerpo alargado, cilíndrico y no segmentado. Con frecuencia, el macho tiene un extremo posterior curvado o helicoidal con espículas copulatorias y en algunas especies una bolsa denominada bursa. El extremo anterior del adulto puede tener ganchillos orales, dientes, o placas en la cápsula bucal, que sirven para la unión a tejidos para anclarse a ellos y pequeñas proyecciones de la superficie corporal conocidas como cerdas o papilas que actúan como órganos sensitivos.

            La superficie exterior del gusano adulto es muy dura y se denomina cutícula. Bajo ésta se encuentran varias capas musculares y un espacio compuesto de líquido que funciona como un esqueleto hidrostático llamado pseudocele el cual favorece la distribución de nutrientes y la de excreción de residuos. Todos los órganos se encuentran flotando dentro de él.

            Su ciclo vital es variable y puede ir desde casi un mes hasta más de una década. Algunas especies presentan mecanismos de resistencia a condiciones adversas. Recurren a un tipo de inhibición larvaria conocida como “hipobiosis” lo que le permite sobrevivir durante años incluso en condiciones ambientales muy desfavorables como sequías muy prolongadas.

            La reproducción es variable dado que se puede reproducir tanto por partenogénesis como por reproducción sexual. En general los machos son más pequeños que las hembras. Sus órganos reproductores son en proporción al tamaño total del individuo muy grandes y complejos. La hembra puede producir desde varios cientos hasta millones de huevos. Existen algunos pocos Nematodos terrestres que son hermafroditas o partenogenéticos. En las especies hermafroditas los órganos masculinos y los espermatozoides se desarrollan antes que los órganos femeninos y los óvulos y en general se autofecundan. Periódicamente surge un pequeño número de machos que fecundan a los hermafroditas.

            En los nemátodos se pueden encontrar dos tipos de ciclo de vida:

Ciclo directo: cuando antes de desarrollar la parasitación se encuentran libres en el entorno y su desarrollo se realiza dentro del huevo o nada más salir de él

Ciclo indirecto: cuando las larvas parasitarias se desarrollan hasta la etapa infectiva en el interior del huésped intermediario

            Cada especie de nematodos se alimenta de una forma concreta. En el caso de las especies zooparásitas (parásitos de animales) tenemos:

Por aspiración: como la ingestión de sangre

Absorción de tejidos destruidos: como es el caso de los gusanos de Trichuris trichiura

Absorción de contenido intestinal: como en el caso de Ascaris spp

Absorción de nutrientes de líquidos corporales: técnica que emplean las “filarias

            Las especies fitoparásitas (parásitas de plantas) poseen un órgano denominado “estilete” con la que se clavan literalmente al tejido de la planta, sobre todo del tejido de los vasos conductores en la raíz, a través del cual se alimentan, aunque algunos pueden alimentarse también de otros tejidos de la planta. Todas las especies fitoparásitas de nematodos poseen estilete, lo que ayuda a diferenciarlas de las especies que pueden resultar beneficiosas.

            Los nematodos depredadores de otros nematodos poseen una boca o cavidad denominada “estoma”, que le permite aferrarse a su presa y succionarle todos sus jugos internos.

            En numerosas especies de nematodos se desconoce el tipo de parasitismo, como por ejemplo en Ditylenchus, Criconemella (Mesocriconema), Helicotylechus, Longidorus, Paratrichodorus Belonolaimus, Radopholus.

            Los nematodos que no son parásitos son el grupo mayoritario destacando los saprófagos, fungívoros, bacteriófagos, depredadores, entomopatógenos, etc, abarcando ambientes acuáticos y terrestres. De todos ellos los que quizás llama más la atención son los nematodos entomopatógenos que se caracterizan por poseer bacterias en el esófago, las cuales puede transmitirse a insectos, causándoles la muerte, por ejemplo los géneros Steinernema y Heterorhabditis. Las bacterias involucradas que se han identificado son del género Xenorhabdus y Photorhabdus. Es por ello que este tipo de nematodos se están investigando especialmente puesto que tienen una gran importancia desde el punto de vista del control biológico.

            []Los nematodos parásitos de plantas o fitoparásitos pueden clasificarse en:

Endoparásitos

            El adulto penetra totalmente en la planta, los huevos se desarrollan dentro y sólo las formas juveniles salen al exterior liberándose al morir la planta. Se alimentan por “sincitios alimenticios” (células con varios núcleos que se origina de la fusión de varias células uninucleadas con reabsorción de las membranas correspondientes). Sin duda el ejemplo más conocido es el Meloidogyne spp., porque generan las famosas “agallas” sobre todo en las raíces de plantas que habitan en regiones templadas y cálidas, algunas de ellas de gran importancia agrícola como las solanáceas.

            Su ciclo biológico comienza con un huevo, dentro del cual ocurre una primera muda formándose un estadio denominado “juvenil de segundo estadio” que es el infectivo: penetra en la “cofia” de la raíz moviéndose entre sus células y ubicándose definitivamente muy cerca de los haces vasculares aferrándose gracias su estilete. Al cabo de cierto tiempo ocurre una segunda, tercera y cuarta muda originándose nuevos estadios juveniles hasta el definitivo adultos donde se diferencian hembras y machos respectivamente. Estas etapas se aprecian por los cambios de su cutícula y por la madurez de sus órganos sexuales.

Meloidogyne graminicola

            Los machos son vermiformes (con forma de gusano) mientras que las hembras tienen forma globosa, muy similar a una pera. Las hembras durante su alimentación producen una secreción de enzimas proveniente de la “gládula esófagica dorsal” causando un crecimiento descontrolado de las células circundantes lo que genera las famosas “agallas”.

            Las especies de Meloidogyne más famosas son M. incógnita, M. javanica y M. exigua. La Meloidogyne incógnita es el endoparásito de mayor presencia en el suelo, parasitando una gran cantidad de plantas, tanto cultivables como espontáneas. Por su parte la Meloidogyne javanica no es tan frecuente, pero en algunos países se ha convertido en la mayor plaga fitoparásita; se reproduce por partenogénesis. La Meloidogyne exigua fue el primer fitoparásito de raíz que se descubrió; fue el naturalista suizo Göldi a finales del siglo XIX, que fue contratado por el gobierno brasileño para que determinara la plaga que estaba esquilmando sus cafetales en la provincia de Rio de Janeiro. 

            Semiendoparásitos

            El adulto se fija profundamente a la planta hospedadora, dejando parte del cuerpo expuesto al exterior. La puesta se libera al suelo al eclosionar. Se alimentan también sincitios alimenticios. Los más conocidos son:

            Heterodera, son parásitos obligados y muy específicos. La hembra genera un quiste duro y marrón con el que protege sus huevos. En estudios con ensayos realizados recientemente se ha demostrado un control biológico muy eficaz con el hongo Paecilomyces lilacinus.

            Globodera, que son heterosexuales. Su sintomatología se caracteriza por una disminución en el desarrollo de las plantas por focos muy apreciables y que se van agrandando con el paso de los días. Las plantas enfermas presentan una disminución del sistema radicular y la formación de quistes generalmente de color blanco. Presenta un notable dimorfismo sexual: la hembra comienza tiene forma esférica y los machos se mantienen vermiformes. La pared del cuerpo de la hembra madura hasta formar un quiste resistente el cual puede contener más de 400 huevos que eclosionan en presencia de una planta huésped. En ausencia de huéspedes, se mantienen latentes. Su ciclo en el huésped comienza con el segundo estado juvenil justo después de emerger del huevo. Los individuos que darán origen a los machos, continúan su forma de gusano y salen de la raíz. Las hembras aumentan en tamaño e irrumpen a través de la raíz exponiendo sus cuerpos esféricos, de 1 mm de diámetro y de color blanco o amarillo, fuera de ésta pero con la cabeza dentro. La hembra finalmente toma un color marrón claro, y se convierten en quistes llenos de huevos cuya viabilidad persiste por varios años.

            Pratylenchus, no son sedentarios, sino que se van moviendo hacia fuera y hacia dentro de la raíz sin un patrón fijo. Las plantas enfermas presentan una clorosis generalizada, menor crecimiento y un pobre vigor. Las raíces aparecen necrosadas y con una escasa presencia de raicillas y pelos radicales. Su ciclo de vida es similar al de la mayoría de nematodos. Las hembras depositan los huevos individualmente en los tejidos de la planta o en el suelo. El estado larval primario se forma dentro del huevo, luego muda y pasa al segundo estado larval, el cual corta la cáscara del huevo y eclosiona. Las larvas y los adultos penetran en el sistema radicular y migran intracelularmente a través del tejido cortical rompiendo la pared celular. Generalmente, los nematodos se encuentran orientados a lo largo del sistema vascular, el cual se necrosa entre los 25 a 32 días después de la infección. La penetración intracelular va unida a un movimiento persistente del estilete y la cabeza, que parece ser la causa de la ruptura celular. El contenido de las células invadidas y de las adyacentes desaparece o se contrae juntándose los núcleos y la pared celular.

 

            Ectoparásitos sedentarios

            Introducen solo la cabeza en la planta, no suelen desprenderse salvo para la reproducción. Realizan la puesta directamente en el suelo. Son los casos de Paratylenchus, Ratylenchus.

            Ectoparásitos migradores

            Pueden ser confundidos con nematodos de vida libre con alimentación fitófaga. Sólo introducen en la planta su estilete. Algunos forman “sincitios alimenticios”. Los más conocidos son Xiphinema, Trichodorus.

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.