Los productos relacionados con la marihuana copan los puestos instalados en el festival Rototom Sunsplash, que se celebra hasta el 28 de agosto en Benicàssim, y en donde se pueden encontrar mecheros o camisetas con la planta como emblema, cervezas con sabor a cannabis e incluso semillas de diferentes variedades de marihuana.

La música reggae se ha relacionado tradicionalmente con los colores de la bandera de Jamaica, pero también con la marihuana, una sustancia que, explican en una de las tiendas, “esconde una filosofía de vida” que “encaja” con el público que asiste al festival, que compra papel de fumar, pipas y también camisetas con motivos como el de la cara de Bob Marley rodeada de hojas de marihuana.

También hay quien prefiere probar cerveza de cáñamo en el puesto “Mary-jo”, de Michele d’Andrea, un italiano que asegura que el producto que vende es “completamente legal” porque conserva un suave sabor pero “no tiene el principio activo de la marihuana”.

D’Andrea explica que el público español no es tan aficionado como el italiano a ese sabor, pero asegura que llegar a Benicàssim le ha permitido darse a conocer y que “cada vez son más los que piden esta cerveza” en lugar de la “caña normal”.

En el recinto de conciertos pueden verse también puestos como el de Berta Matías, de Barcelona, en los que se venden más de 30 clases distintas de papel de fumar, entre los que se encuentran algunos elaborados con cáñamo, otros que incorporan las boquillas, y otros “de diseño” que se venden en paquetes de cuatro.

“Por la noche aquí se llena de gente, y los que más se llevan son los oficiales del Rototom Sunsplash -papeles recubiertos en cajas de madera con el emblema del festival- y los de cáñamo”, precisa Berta.

A pocos metros se levanta el puesto “World of seeds”, gestionado por una distribuidora de Valencia que vende semillas de distintos tipos de marihuana y que ofrece además asesoramiento sobre el cultivo de las plantas, según explica la dependienta María Barragán.

Se trata de la única tienda del Rototom que vende semillas de la planta, y por el momento no han sido “muchos” los que han comprado, algo que María atribuye a que “los primeros días la gente pensaba que sólo teníamos las semillas en exposición” y a que muchos “dudan” de si es legal llevarse a su país el producto.

En otros puestos se pueden encontrar objetos que sirven para machacar la marihuana, mecheros con el dibujo de la planta, o pipas de múltiples formas y colores como unas de plástico “excelentes para fumar” y que están hechas a mano, según dice su vendedor.

Quien quiera saber más sobre esta droga también puede encontrar libros sobre su historia, su cultivo, sus propiedades medicinales, o su uso culinario en el espacio que el Rototom dedica a los debates y las conferencias y que cuenta con una librería.

Y otra posibilidad es acercarse al espacio de la asociación “Alacannabis” de Alicante, que trata de erradicar el tráfico de la marihuana y que aboga por potenciar el cultivo exclusivamente para uso propio.

La temática de las drogas despierta tanto interés en los asistentes al festival que el recinto de debate se ha quedado pequeño durante una entrevista al escritor Antonio Escohotado, quien ha defendido que esas sustancias “ayudan a encontrarse”.

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