Cannabis Magazine 236

levantó en alto una caja de plástico. Todos salimos a su encuentro y nos reunimos en medio de la calle principal donde no dábamos crédito: la película tenía una caratula de lo más explícito que habíamos visto nunca, solo por eso ya había valido la pena hacer pellas y robar al notario… Pero es que además estaba el título… ¡y que título! ¡Con las bragas en la mano! Raudos y veloces nos encaminamos hacia la casa de Ramón para poder visionarla y degustarla. Por el camino se nos fueron uniendo varios chavales de otras pandillas que, debido a nuestra indiscreción, se habían enterado de nuestros planes y también habían dejado de asistir a clase para poder admirar las contorsiones de la anatomía humana en todo su esplendor. Al llegar a la casa del notario, otra pequeña multitud (valga la contradicción) de chavales entre nueve y catorce años nos esperaban con emoción. Ahí Ramón estuvo hábil: vista la repercusión que había tenido la inminente proyección particular de la primera película pornográfica en su casa decidió, ya que el castigo posterior ya no se lo quitaba nadie, que por lo menos debería salirse rentable a él la jugada, al fin y al cabo, era el poseedor de la peli y usufructuario del carné, la casa y el aparato de vídeo. Cobró cinco pesetas por niño y sesión. Los primeros en entrar, naturalmente, fuimos nosotros que nos sentamos en grupo en una gran alfombra enfrente del televisor. Ramón se acercó a ella, la encendió, sacó con cuidado la película de la caratula y, suavemente, la introdujo en la ranura del vídeo. Yo diría que lo hizo hasta con lascivia, como si se tratase de un avance de lo que íbamos a ver a continuación. Empezó la función y voilà: en menos de tres minutos, sin apenas argumento ni títulos de crédito, ahí estaba una morena cachondona como dios la trajo al mundo y como al diablo le gustaba verla, gozando como una perra al ritmo del wha whade un riff de guitarra. Aquel pase y los posteriores de esa misma mañana fueron un éxito de crítica y público, y además pudimos comprobar in situlas ventajas y virtudes de los avances tecnológicos que nos proporcionaba el vídeo: qué útil 114 Aquellos tiempos “ “AHÍ ESTABA UNA MORENA CACHONDONA COMODIOS LA TRAJO AL MUNDO Y COMO AL DIABLO LE GUSTABA VERLA

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