“Hoy una fuente cada vez más frecuente de adicción son los fármacos”. El psiquiatra sostiene que, como en la actualidad los hijos conviven con sus padres hasta que son muy mayores, aunque ese apoyo es positivo, cuando la casa es pequeña a veces da lugar a conflictos.

Luis Rojas Marcos, el psiquiatra español más internacional, da una conferencia con motivo del 25 aniversario de Proyecto Hombre. En el Auditorio de la Diputación no cabe un alfiler. Cuando acaba, lo aplauden de pie y le piden autógrafos. No hay entrevista concertada, pero accede con una cercanía y una sencillez que lo retratan en unos pocos segundos.

-Cambia el perfil del drogadicto, pero la drogadicción sigue existiendo. ¿Por qué?

-La droga siempre ha estado con nosotros y siempre estará porque los seres humanos tendemos a buscar el placer, la felicidad y bajo ciertas circunstancias hay personas que prueban la droga y caen en una adicción física o psicológica. Ha cambiado que hoy hay más recursos para tratar a personas con problemas de adicciones, que se considera un trastorno o una enfermedad y no necesariamente un crimen el ser adicto. El que cambie el tipo de droga tiene sentido. Antiguamente era el opio y sus derivados. Luego entró la cocaína. Hoy una fuente cada vez más frecuente de adicción son los fármacos que abundan en casa o que de alguna forma están accesibles a la venta. Unos son medicinas legales y otros son hechas ilegalmente, pero los compuestos son analgésicos, narcóticos, tranquilizantes.

-Aunque sean legales, ¿hay un abuso de antidepresivos y ansiolíticos?

-La respuesta no es tan fácil. Hay abuso. Hay personas que o bien porque se han hecho físicamente adictas a estos tranquilizantes y prefieren seguir tomándolos a pasarlo mal cuando los dejan o el famoso por si acaso. Me voy a tomar la pastilla de dormir antes de ver si voy a dormir o no, por si acaso. Se utilizan muchísimos medicamentos por el por si acaso. Como vivimos de una forma muy rápida, la gente no espera a no poder dormir para tomarse la pastilla. No se relaja. Está en la cama viendo la tele, en el ordenador y quiere darle a un botón y dormirse; y la única forma es tomándose una pastilla. Esa es la parte del abuso. Pero también hay personas que tienen un rechazo a todo tipo de medicina, que podrían mejorar su vida o su enfermedad, pero que se oponen a tomar medicamentos por principios. Es muy frecuente en el mundo de la enfermedad mental, el enfermo que niega la enfermedad o incluso aceptándola, no se toma nada. O niños que mejorarían su conducta o su concentración si tomaran ciertas medicinas, pero a los padres les da miedo darle un medicamento al niño y no se informan bien o los médicos no les explican bien cuáles son las ventajas o los inconvenientes.

-Volviendo a la droga, ¿por qué unas personas caen y otras no?

-El 90%, si no más, de los jóvenes prueban algún tipo de droga, empezando por el alcohol que es una droga. La proporción que se hace adicta es muy baja. ¿Por qué unos caen y otros no? La mayoría no se hace adicta al alcohol aunque todos, o casi todos, bebemos alcohol. Tienen que coincidir una serie de factores. Hay factores genéticos. Ciertos centros cerebrales responden de una forma diferente ante narcóticos, analgésicos o el alcohol. Hay un componente de la personalidad del joven. Hay jóvenes con una buena dosis de autocontrol que por principios dejan la droga o la prueban y ya no la vuelven a tomar porque tienen conciencia de que las drogas son incompatibles con sus ambiciones, con sus metas. Eso es la mayoría. Es una decisión que toman, unida a una fuerza de voluntad. Luego hay otro grupo que tienen acceso fácil a la droga. Si mi madre toma Valium y mi abuela también y el Valium está ahí y un día tomo un poco y me siento mejor, es más fácil que si para tomar Valium tengo que ir al médico, que me den una receta y luego ir a la farmacia. Hay aspectos de la tolerancia social hacia la droga. Hay países más puritanos que otros. Luego son muchos factores, pero el mensaje más importante es que sólo una minoría de las personas se hacen adictas a cualquier droga comparado con la gran mayoría que en algún momento de su adolescencia, o después, prueba estas drogas.

-Aparentemente hay más agresividad de los jóvenes hacia sus padres, ¿por qué?

-La agresividad hacia los padres no es frecuente, pero sí es noticia. Y hay que separar la noticia de la vida normal. En la gran mayoría de las familias, los hijos respetan, quieren y se llevan razonablemente bien con sus padres. Hay situaciones en las que los hijos son agresivos con sus padres. En parte… hoy día, los hijos viven con sus padres hasta que son muy mayores. Es positivo que la familia dé apoyo a los hijos. Pero si viven en casas pequeñas, esto a menudo da lugar a conflictos. La independencia, la dependencia. Hay agresiones a padres, a los abuelos también. Es un problema que hay que atajar, pero que es puntual de ciertas familias.

-¿Cuándo volverá a vivir a España?

-Vengo de visita. Allí [en Estados Unidos] estoy muy bien y como puedo ir y venir… Tengo la suerte de ser un inmigrante que puede disfrutar del país en el que nací y también del que me acogió cuando tenía tan solo 24 años.

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