Detenido un joven en Tarragona que se hacía pasar por policía de paisano para obtener hachís gratis. La Guardia Urbana busca a otro falso agente.

Fingir ser policía para obtener hachís, marihuana y otras drogas gratis en tiempos de crisis. Un plan redondo que se le ocurrió a Christian Orlando S. B., vecino de Tarragona de 21 años y nacionalidad colombiana. El joven y otro hombre idearon un sistema para decomisar estas sustancias a individuos jóvenes que se encontraban por la calle. Desde principios de año, Christian Orlando pasó las noches rondando el centro de Tarragona con una placa policial falsa en el bolsillo. La exhibía cuando detectaba un grupo de jóvenes consumiendo en plena calle. «Esta droga la tendré que requisar», señalaba ante la confusión general que en ocasiones derivó a conatos de enfrentamiento callejero. Según la Guardia Urbana, varios jóvenes les alertaron de estos hechos y por ello se montó un dispositivo para detenerle. Su compañero de patrulla pudo escapar y las autoridades prosiguen su búsqueda para detenerle.

Ambos falsos policías iban bien vestidos y se comportaban con actitud chulesca, según fuentes policiales. Era su forma de disfrazarse como agentes de paisano, además de la falsificación de juguete placa del Cuerpo Nacional de Policía. Su modo de actuación siempre era parecido: detener, intimidar y sustraer sustancias a los jóvenes, preferentemente menores de edad, que consumían en la vía urbana. «Eso no lo podéis llevar encima y nos lo tenemos que llevar», dijeron ambos agentes falsos a sus dos últimas víctimas de 17 años. El asalto se produjo en la zona del puerto, habitualmente frecuentada por pequeños consumidores de droga, pero la representación de los presuntos policías no funcionó. Ambos jóvenes insistieron en ver la placa policial. El detenido se sacó la billetera del bolsillo, la abrió y mostró la insignia. «Con esto no os podéis llevar los porros», gritaron al comprobar la falsedad de la placa.

Dos agentes reales que patrullaban la zona oyeron la discusión y se acercaron a interceptarlos. El detenido tiró la placa y echó a correr. Su compañero también desapareció. En el posterior cacheo policial se le encontró una bolsa con marihuana y otras sustancias escondidas en el calcetín. «Sólo les robamos porros a los chicos para no tener que comprarlos», se justificó. El falso policía ha quedado acusado de un delito de usurpación de funciones públicas por el que se enfrenta a una pena de prisión de uno a tres años.

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