La revegetación del cannabis es sin lugar a dudas una de las formas más eficaces de aumentar considerablemente la productividad de una semilla o un esqueje y, lo que es todavía más importante, de incrementar notablemente el efecto narcotizante de nuestra planta amiga.

Siendo una técnica fácil de aplicar son muchas las dudas que los cultivadores tienen al respecto. Por lo tanto vamos a desgranar todos los pormenores necesarios para llegar a buen puerto revegetando cannabis.

Antes de nada quiero recordar algunos principios básicos del cannabis que hemos de tener en cuenta para nuestro objetivo. ¿Es el cannabis una planta vivaz o anual? Seguro que la mayoría de vosotros respondería sin dudar que se trata de una especie anual que nace, se desarrolla y muere dentro de una temporada o ciclo. Y esto es cierto hasta cierto punto. Sin embargo, el comportamiento del cáñamo como planta anual viene determinado por el fotoperiodo a que está sometida la planta. Todos sabemos que en primavera y verano, cuando los días son más largos que las noches, el cannabis entra en fase vegetativa, de crecimiento. También sabemos que una vez que las noches se alargan comienza la fase floración hasta llegar a un punto óptimo para la cosecha y después muere. Sin embargo, en algunas zonas del mundo en las que el fotoperiodo es de 12/12 de una forma natural, como es el caso de los trópicos, se pueden encontrar verdaderos árboles de cannabis que no llegan a morir nunca alternando fases de vegetación con fases de floración. Por lo tanto vemos que el cannabis no es ni anual ni vivaz sino todo lo contrario. Perdonad por el juego de palabras pero independientemente del chiste lo cierto es que sí que podemos conseguir que nuestra querida planta se comporte como una verdadera vivaz y que viva tanto como nosotros decidamos.

Personalmente he llegado a cultivar una semilla hasta su floración, cosechar después y a continuación volver a ponerla en vegetativo una vez más para así conseguir una nueva cosecha. Y este proceso lo he llegado a repetir hasta en tres ocasiones sin que la planta mostrara el menor signo de estrés o problema alguno. En otras palabras: he conseguido 4 cosechas de una sola semilla. Nada mal, ¿verdad? Desde luego es una técnica muy rentable si se hace bien y tan sólo teniendo en cuenta una serie de premisas imprescindibles para lograr nuestra meta de una forma eficaz. Vamos a analizarlas.

Partimos de semilla o de esqueje: es indiferente. Cultivamos normalmente para conseguir una buena cosecha. Esto es particularmente importante ya que el éxito de la revegetación dependerá en gran medida de lo fuerte que la planta esté al final de su ciclo, a la hora de la cosecha. Y cuando decimos fuerte nos referimos a adecuadamente abonada, que no esté ni demasiado ni demasiado poco abonada sino en su justa medida. Y para conseguir esto no tenemos más que seguir las instrucciones del fabricante de abonos o seguir nuestra propia experiencia en el caso de cultivadores expertos. Pero en cualquier caso no debemos olvidar que el cannabis es una planta dura y resistente así que no deberíamos tener problemas por este motivo.

Por fin llegamos a la ansiada cosecha. Y en efecto cosechamos pero…¡no de la forma tradicional! Cuando cosechamos arrancamos toda la planta, raíz incluida, y la ponemos a secar. Si nuestra intención es revegetar no podemos hacerlo así. Tenemos que cortar todo lo que queramos cosechar pero dejando siempre alguno de los cogollitos de abajo. Estos cogollitos siempre tienen alguna pequeña hoja. ¡Esta es la clave! Si no dejamos hoja alguna la planta morirá irremisiblemente. Los cogollitos siempre están rodeados de pequeñas hojas que son las que nos garantizarán la supervivencia del conjunto de la planta mediante la realización de la fotosíntesis. Por lo tanto recordad: hay que dejar algunas hojitas de abajo.

Si tras haber dejado estos cogollitos con sus correspondientes hojas pusiésemos la maceta a 18/6 horas de fotoperiodo la planta comenzaría a revegetar sin necesidad de hacer nada más. Pero esto sería una mala técnica de cultivo ya que la maceta está llena de raíces que ya han cumplido su función para darnos una buena cosecha. La tierra también está gastada y degradada por los continuos riegos y la acumulación de sales metálicas y demás. Lo ideal, como todos sabemos, es tierra nueva para cultivo nuevo. Pero es que también podríamos añadir: raíces nuevas para nuevo cultivo. Y es así como efectivamente hay que hacerlo. Por lo tanto nosotros vamos a partir de una nueva tierra y de unas nuevas raíces. Digo tierra porque personalmente uso mucho el cultivo biológico pero lo mismo da que lo hagamos con otro tipo de substrato. Quien haga hidropónico pues, que lo haga con el substrato que haya elegido. Lo que quiero que quede claro es que hay que comenzar con substrato y sistema radicular nuevos para cada cultivo, independientemente del sistema de cultivo que hayamos elegido.

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Conseguir nuevo substrato es fácil: no tenemos más que comprarlo. Pero cómo conseguimos un nuevo cepellón de raíces. Pues como se ha hecho toda la vida en jardinería: cortando el viejo y dejando que se regenere. Efectivamente sacamos todo el cepellón de la maceta cortamos tres cuartas partes del mismo dejando tan sólo una cuarta parte. Pensad que en la naturaleza una planta o árbol tiene un cepellón de raíces que es casi un espejo de su copa. Si veis que un árbol tiene una copa muy redondeada y frondosa podéis estar seguros de que su sistema radicular también es frondoso y con forma redondeada. Si veis un árbol con una forma muy puntiaguda y alta, sin casi ramas podéis estar seguros de que su raíz también será delgada y profunda. Por lo tanto queda establecido que las raíces y la copa deben tener una “simetría” de formas y, superimportante, de tamaños. Nosotros hemos podado casi toda la planta tras la cosecha. Tan sólo hemos dejado uno o dos cogollitos abajo con sus correspondientes hojitas. Hemos cosechado alrededor del 95% de la planta o incluso más. Por lo tanto no tengáis miedo de podar las raíces tanto, ya que con las que dejáis la planta puede alimentarse con creces, de sobra. Y además lograremos que se desarrollen nuevas raíces y con más brío, más jóvenes. No quiero aburrir con detalles demasiado técnicos pero voy a intentar contar un principio básico de botánica sin ser muy aburrido. Pensad que las raíces son “la boca” de las plantas, por donde comen. Los árboles y plantas tienen dos tipos de raíces: principales y adventicias. Las principales son aquellas cuya única función es “anclar”, sujetar la planta-árbol al suelo, al entorno. Es su única función y generalmente, en la naturaleza, constituyen hasta el 90% del sistema radicular. De estas principales nacen otras, mucho más finas e interesantes: las adventicias. La planta-árbol se alimenta tan sólo a través de estas raíces. Por lo tanto, a nosotros, que en nuestros jardines no tenemos problemas de vendavales que nos arranquen las plantas, nos interesa tener muchas raíces adventicias en vez de principales. Es un desperdicio inmenso tener una maceta repleta de raíces principales, que no sirven para dar de comer a la planta sino para salvarla de las inclemencias del tiempo, del embate del viento. En interior no tenemos vendavales así que podemos permitirnos tener las macetas repletas de adventicias que nos producirán mejores cogollos.

Y ahora viene la pregunta: ¿cómo conseguir más adventicias y menos principales? Pues con la poda de las raíces. Cada vez que recortemos las mismas la raíz responderá brotando desde atrás y lo hará con finas raicillas adventicias. Por lo tanto, cada vez que podamos el sistema radicular para la revegetación estaremos fomentando la creación de cientos de pequeñas adventicias con lo cual estaremos dando los pasos adecuados para una magnífica cosecha de estupendos cogollos.

Ya con la planta cosechada y el sistema radicular reducido en tres cuartas partes plantamos las plantas en su nuevo substrato y regamos abundantemente. Si añadimos al agua de riego algún estimulante de raíces, todavía mejor, aunque no es imprescindible. Un truco muy barato es añadir tres o cuatro ampollas de vitamina B-1 de la marca Benerva (la encontráis en cualquier farmacia) por litro de agua de riego. ¡Los resultados son cojonudos! La vitamina B-1 es un fantástico enraizante que ayuda en la generación de adventicias. ¡Y muy barato!

A partir de este momento no queda nada por hacer. Personalmente aconsejo poner la planta durante unos 10 días debajo de una luz que no sea demasiado intensa. Un fluorescente sería perfecto, al menos durante unos 15 días, para darle tiempo a la planta a recuperarse del estrés de la poda. Si estamos en exterior es conveniente ponerla durante el mismo periodo de tiempo en un lugar muy iluminando pero no directamente al sol. Pasadas estas dos semanas ya podemos poner la planta al sol, en el caso de exterior, o debajo del foco en el caso de interior.

Al principio no notaremos ningún cambio . Tendremos la sensación de que la planta se ha quedado estancada sin mostrar signo alguno. Los cogollitos que dejamos se quedan ahí sin que aparentemente sufran alteración alguna. De hecho jamás llegarán a desaparecer. Simplemente se irán secando hasta que un buen día desaparecerán. Sin embargo, un tiempo después comenzarán a parecer nuevas hojas: ¡la planta ya está revegetando! Y es este momento el más espectacular de todo el proceso ya que debido al cambio tan dramático que supone la revegetación las nuevas hojas cambian su morfología. ¡Ni siquiera parecen hojas de cannabis! No son aserradas, como las del cannabis, y son de un sólo lóbulo, como al final de la floración. Es sin duda el momento más espectacular de todo el proceso hasta el punto de que nadie reconocería la planta como cannabis, tal es su cambio morfológico.

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En el fondo no es más que una fase que pronto termina y es cuestión de pocas semanas el volver a reconocer la hermosa planta de marihuana que todos conocemos. Al principio las hojas son de un sólo lóbulo y no aserradas. Pero después todo vuelve a su normalidad. Las hojas ya son aserradas y comenzarán a ser de tres lóbulos, luego cinco, luego siete, luego nueve etc. Lo normal en el desarrollo de la planta.

El mayor inconveniente de una revegetación es el tiempo. Pensad que la planta tarda unas semanas en revegetar y en volver a desarrollar un proceso “normal”. Para evitar este “inconveniente” lo recomendable es poner la planta bajo un fotoperiodo de 20/4 o incluso 22/2, cuando se trata de interior. Este exceso de horas de luz hará que todo el proceso se agilice y ganaremos tiempo. En exterior no podemos someterla a esta manipulación del fotoperiodo por lo que no hay nada que podamos hacer al respecto. Sin embargo, las semanas de retraso no se notan en el producto final ya que la planta tiene tiempo de sobra para recuperarse. En cierta ocasión coseché una estupenda MrNiceG13 X Hash Plant en el mes de mayo y decidí revegetarla en exterior. Efectivamente dejé un par de cogollitos de abajo, recorté raíces, la pasé a una nueva maceta con nuevo substrato y la puse al exterior. Cuando coseché, el día 10 de octubre, no se notaba diferencia alguna de productividad en relación a otras plantas de la misma variedad y que no habían sido revegetadas.

¿Cuántas veces se puede revegetar una misma planta? Lo ignoro pero puedo deciros que personalmente he revegetado hasta tres veces con lo cual he obtenido 4 cosechas de una sola semilla. En efecto puse una semilla en interior y coseché dejando los cogollitos de abajo con sus correspondientes hojitas. Volví a cosechar y volví a revegetar. Y al final, llegada la primavera volví a cosechar y a revegetar. En total conseguí tres cosechas de interior y una de exterior. ¡No se le puede pedir más a una semilla!

Los efectos de una planta revegetada son más narcóticos que si no hubiese sido revegetada. Esto puede ser una ventaja o un inconveniente según las preferencias del consumidor. Pero sí que debéis tener en cuenta que el efecto narcotizante se incrementa. Por lo tanto el colocón es más “pesado”, más narcótico. Es ideal para ser consumida por las noches. Te fumas un tronco y ya no te puedes levantar del sofá si no es para acercarte a la nevera para asaltarla o para llegar a la cama y dormir como un bebé hasta el día siguiente. No es recomendable para funcionar durante el día de una forma natural y, por supuesto, absolutamente desaconsejable para realizar tareas y funciones de riesgo tales como conducir o manejar máquinas peligrosas. Bueno, esta recomendación es un poco absurda ya que bajo ningún concepto se debe realizar alguna función o actividad que implique riesgo para los demás, como es el caso de la conducción, bajo los efectos del cannabis. Pero si esta norma es válida para cualquier variedad, en el caso del cannabis revegetado es todavía más obvio.

En definitiva lo que queremos con este reportaje es animaros a que probéis esta magnífica opción que sin duda no os dejará indiferentes y que, además, es una forma muy productiva de cultivar. ¡Animaos!

Información adicional: Mimarihuana.es

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