Pregunta: Me llamo Julián y hace tiempo que sigo vuestra revista. La semana pasada un amigo me comentó que utilizaba el agua que expulsa el aparato de aire acondicionado para regar, y de ahí me surgió una duda. ¿Esa agua es realmente buena, no contiene elementos tóxicos del aire acondicionado? Gracias por vuestra paciencia, espero que podáis resolver esta cuestión ya que yo también tengo aire acondicionado y me vendría muy bien.

Respuesta: En principio, sí, no habría problemas en utilizar el agua que sale por el tubo del aire acondicionado, ten en cuenta que esa agua se forma por condensación, es decir, a partir de la diferencia de temperatura que se produce entre el condensador y el evaporador del compresor. El efecto es exactamente el mismo que si utilizáramos un alambique para destilarla, es decir, se trata de agua destilada. Sin embargo, existe un problema y es que, con toda seguridad, esa agua va a contener una serie de microorganismos nada saludables, algunos incluso muy perjudiciales para la salud.

Ello se debe a las condiciones de humedad y temperatura que se dan en determinadas zonas del compresor y que son ideales para la proliferación de estos microorganismos que, sin afectar a las plantas en si mismas (y esto tampoco se puede asegurar), podemos encontrarnos con que sí que nos afecten a nosotros contrayendo algún tipo de enfermedad bacteriana al, por ejemplo, haber tenido las manos en contacto con el agua y después, sin desinfectarlas, cogemos algún alimento y lo ingerimos.

Casi con toda seguridad que conseguiremos algún tipo de afección intestinal, gastritis, diarrea o algo incluso más grave, por lo que en cualquier caso recomendamos el uso de agua destilada garantizada de mayor o menor pureza, pero con garantía de estar limpia de microorganismos.

Podemos utilizar un filtro de osmosis, o uno de los nuevos filtros purificadores que no desperdician agua. Incluso podemos utilizar productos de acuario para “limpiar” el agua del grifo de cloro, cal y otros elementos indeseables.

A modo de curiosidad, podemos destilar nuestra propia agua de una manera muy sencilla. Ponemos una olla a presión con agua al fuego y conectamos un tubo flexible o una goma de unos dos metros que soporte la temperatura a la válvula de escape, y colocamos el otro extremo en otro recipiente donde recogeremos el agua destilada. Ese extremo lo mantendremos dentro de un trapo o tela empapado de agua fría.

Cuando el vapor comience a ser expulsado por la válvula, pasará por el tubo y al llegar a la zona fría condensará y… voilá…. Agua destilada…. Un saludo

Acerca del autor