Fumo cannabis desde hace años de forma esporádica y estoy planteándome utilizarlo habitualmente para tratar mis ataques de dolor de espalda ¿es más adecuado fumarlo o tomarlo por vía oral? ¿puedo utilizar infusiones o es mejor de otra forma?

                Los compuestos activos de la planta del cannabis pueden incorporarse al organismo de distintas formas. En principio las vías más habituales son la vía oral o la vía intrapulmonar (fumada). Hay que valorar bien los beneficios, riesgos y preferencias personales de cada una de las vías antes de decidirse por una u otra. Para ello es importante conocer algunas características farmacológicas de estas sustancias.

                Todos los compuestos químicos pueden ser hidrosolubles (aquellos que se disuelven bien en agua) o liposolubles (los que se disuelven bien en grasas). Por definición, los cannabinoides se caracterizan por ser muy liposolubles y poco hidrosolubles. En general, la vía oral es poco adecuada para los compuestos liposolubles: al introducir una misma cantidad de cannabinoides dentro del organismo a través de la vía oral se conseguirán concentraciones diferentes de cannabinoides dependiendo de factores como lo lleno o lo vacío que esté el estómago, el peso de la persona, el tipo de alimentos que se hayan tomado antes…al ser solubles en grasas, los cannabinoides se absorben mejor cuando se administran conjuntamente con alimentos ricos en grasas. La mantequilla, el aceite, el chocolate…son algunos ejemplos de vehículos adecuados para administrar cannabis por vía oral.

                La vía oral tiene otras características importantes. Todos los alimentos y fármacos que se administran a través del estómago pasan por el hígado, donde sufren procesos de transformación, antes de distribuirse por todo el organismo. En el caso de los cannabinoides, al pasar por el hígado dan lugar a distintos compuestos que, en algunos casos, tienen mayor psicoactividad y potencia que los propios cannabinoides de la planta. Estos motivos hacen que sea necesario ser muy cuidadoso con la dosis a la hora de utilizar cannabis por vía oral, sobre todo en personas con poca experiencia con la sustancia o variedades potentes de la planta.   En este sentido hay que tener en cuenta que los efectos tardan mucho más en aparecer que la vía fumada (un par de horas frente a pocos segundos). La vía fumada tiene la ventaja de un control mucho más sencillo de la dosis: los efectos se perciben de forma casi instantánea y si estos fueran demasiado potentes basta con dejar de fumar más.

                En resumen, las ventajas de la vía fumada son, entre otras, rapidez de acción, dosis homogéneas y un control más sencillo de los efectos. Su inconveniente principal es la aparición de productos tóxicos que predisponen a enfermedades como bronquitis crónica, enfisema pulmonar, infecciones respiratorias o cáncer de pulmón, aparte de otras como el mal sabor de boca (o el hecho de que a muchas personas, simplemente, no les gusta fumar). En el mercado existen vaporizadores que transforman los cannabinoides en estado gaseoso evitando este tipo de problemas. La eficacia y seguridad de algunos de estos dispositivos ha sido avalada por ensayos clínicos, aunque tienen un precio elevado y su manejo precisa de cierto entrenamiento.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.