La iniciativa divide a los californianos. Comicios en noviembre podrían convertir a California en el primer estado de EE.UU. en legalizar y gravar el cannabis. Cultivadores temen perder beneficios que ahora obtienen si llegan las tabacaleras.

Debajo de la perpetua niebla que envuelve a las arboledas de secuoyas, colinas verdes y la costa rocosa del remoto condado Humboldt, en California, prospera una industria secreta pero lucrativa: la marihuana.

La hierba paga las cuentas en este enclave del norte de California, hogar de hippies y liberales que promueven los beneficios curativos y económicos de la marihuana. Los costosos vehículos, los restaurantes repletos, la escalada de los alquileres y los abundantes fajos de efectivo apuntan al rentable cultivo del arbusto en Humboldt.

En los comicios de noviembre, una iniciativa estatal que podría convertir a California en el primer estado de Estados Unidos en legalizar y gravar este cultivo comercial ha puesto nerviosos a los locales, quienes creen que podrían perder su posición dominante en el mercado.

«Nuestra cultura siempre ha tenido un matiz canábico. Lo que tenemos ahora es una industria muy consolidada que está generando mucho dinero con el hecho de que es ilegal», dijo Kevin Hoover, editor del periódico semanal The Arcata Eye.

A partir de la década de 1960, los libre pensadores que querían escapar de todo se mudaron a la zona, dominada por las industrias maderera y pesquera. El cultivo de la marihuana mantuvo a los nuevos residentes y a empleados de manufacturas despedidos hace poco, quienes observaron el deceso de la tradicional base industrial de Humboldt.

Aunque la economía clandestina de la marihuana proporciona malas estadísticas, Beth Wilson, una profesora de economía de la Universidad Estatal de Humboldt, estima que el ingreso del sector alcanza a unos 500 millones de dólares al año.

El «efecto multiplicador», con el cual el dinero circuló para sostener los comercios locales -los centros de jardinería tienen mucho trabajo y el restaurante de sushi de Arcata siempre está repleto- podría llevar esa cifra a 1.000 millones de dólares al año, explicó la profesora. «No es insignificante», dijo.

Todo el mundo conoce a alguien que cultiva marihuana. En el norte del condado, es popular el cultivo en interiores que alcanza los 6.000 dólares por kilogramo, mientras que en el sur, la marihuana es producida en exteriores.

La industria también ha avivado una fuerza de trabajo itinerante de «podadores», quienes ganan 20 dólares por hora o más cortando las hojas de los capullos secos de la planta.

Un conflicto de intereses

«Esta elección ha devenido en un conflicto de intereses», dijo Deniz Farnell, de 31 años, un empleado de un hotel de Arcata, quien, al igual que la mayoría de los locales está a favor de la legalización del consumo de marihuana.

«¿Acaso vota uno por el bien del Estado o por la vecina de la puerta contigua que es una mamá que está complementando su ingreso recortando? Cuando esa ley se apruebe, ella quedará a merced de los tiques alimenticios», dijo Farnell.

Eso se debe a que despenalizar el uso de hierba podría convertir esta industria casera en Marihuana S.A. La gente del lugar teme que las grandes tabacaleras se abalancen sobre el sector y bajen los precios, proveyendo a millones de nuevos fumadores «Marlboro Verdes».

En Arcata abundan rumores de que las grandes tabacaleras ya se han hecho de tierras y de derechos de los nombres más populares de variedades de marihuana, ya sea Purple Kush, Big Bud, Headband, Trainwreck o L.A. Confidential. Pero al menos una gran compañía, Reynolds American, dice no tener planes de mudarse a Arcata. «Son todos rumores y especulaciones», sostuvo el portavoz David Howard.

«Esperamos que no se vuelva legal porque esta zona va a convertirse en una ciudad fantasma», escribió un lector en el North Coast Journal, en respuesta a un reciente artículo sobre cómo permanecer a flote en la era de la marihuana post ilegal.

La campaña Tax Cannabis ha ganado impulso en el ajustado estado de California, que históricamente ha estado al frente de cuestiones sociales polémicas. Encabezó a la nación en 1996 con la aprobación del uso del cannabis para propósitos médicos.

Una encuesta de abril de 2009 indicó que un 56% de los votantes del estado apoya la legalización de la marihuana para uso social y la aplicación de un impuesto sobre la comercialización.

A nivel estatal, eso podría reportar $ 1.400 millones al año, según la oficina que regula el impuesto a la venta.

«Piensa en todos los fumadores de marihuana que hay. Ellos pueden sacar a California de su déficit. ¡A fumar más marihuana!», dijo una mujer que cultiva hace seis años, planea estudiar derecho y está a favor de la legalización.

Bajo el proyecto de ley, la posesión y el cultivo de pequeñas cantidades de marihuana para uso personal serían legales para aquellos de 21 años o más. La medida permite a ayuntamientos determinar cómo gravar y regular la droga y no afecta las leyes del uso medicinal de la planta.

La marihuana es ilegal bajo la ley estadounidense pero el gobierno del presidente Barack Obama detuvo los allanamientos en clínicas donde se ofrece marihuana como uso medicinal. No queda claro cómo será afectada la legislación estatal por la ley federal, y si el Gobierno interferirá o no.

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