Ubicado en Oakland, el centro neurálgico dirigido por Richard Lee realiza proselitismo en favor de la marihuana para asegurar que el esfuerzo tenga éxito el próximo 4 de julio; hasta ahora se estima que tiene 55 % del apoyo californiano.
El eslogan, una variación del «Yes We Can» (Sí Podemos) empleado por Barack Obama en su exitosa campaña presidencial, ahora retumba por toda California, donde se ha replicado en anuncios, espectaculares, playeras, publicidad y estampas de automóvil: «Yes We Cannabis!» (¡Sí Podemos, Cannabis!)
La frase resume una nueva etapa en la guerra contra las drogas: de un lado, México se debate en la peor ola de violencia de su historia moderna, con más de 28 mil muertos en tres años. Del otro, California vive ya prácticamente un estado de tolerancia al consumo de la mariguana y se acerca cada vez más no sólo a legalizar su distribución y cultivo sino a permitir la constitución de empresas dedicadas a su producción.
La inédita decisión, que haría de California el primer estado de Estados Unidos en permitir el cultivo comercial de mariguana y muy probablemente le convertiría en la superpotencia mundial de la cannabis, será llevada a las urnas el 2 de noviembre próximo, cuando 13 millones de californianos en edad de votar podrán decidir vía boleta electoral si la mariguana es tan lícita -o más- que la nicotina y el alcohol.
Dale Geringer, director del capítulo California de la Organización Nacional para la Reforma de las Leyes de Mariguana (NORML), una ONG estadunidense dedicada a terminar con la prohibición sobre la hierba, no alcanza a creer lo que ocurre.
«La legalización de la mariguana es sólo cuestión de tiempo. Por fin hemos llegado a un punto donde la mayoría de los californianos piensan, creen, que la mariguana tendría que ser legal. Esto sólo pasó en los últimos dos años, pero es algo épico. No pensé que pasaría tan rápido», dijo.
Incluida en las boletas por medio de un mecanismo tipo referéndum, el Acta 2010 de Regulación, Control e Impuesto sobre la Cannabis -conocida por su nombre corto como Propuesta 19- ha logrado hacerse del apoyo de decenas de figuras políticas de peso y se encuentra hoy, a menos de 6 semanas de las elecciones, adelante prácticamente en todas las encuestas.
Los sondeos de opinión marcan que la mayoría de los californianos está a favor de la legalización -hasta 55 por ciento en algunos casos-, una decisión que tendría repercusiones imposibles de medir en México.
El centro neurálgico de la campaña en pos de la legalización total de la mariguana se encuentra en Oakland, una de las principales ciudades de California y es dirigido por Richard Lee, un empresario que ha gastado más de un millón y medio de dólares de su dinero en promover la normalización de la cannabis.
Ubicada en el barrio de «Oaksterdam» -un homenaje a la meca mundial de las drogas legales, Amsterdam-, la casa de campaña de Lee trabaja horas extra para asegurarse de que el esfuerzo electoral tendrá éxito en las elecciones del próximo 4 de noviembre.
Decenas de voluntarios se han sumado al proyecto, que a última cuenta tenía más de 160 mil simpatizantes en su página de Facebook, contra sólo 400 de una oposición fragmentada y poco organizada. Desde hace seis meses, call-centers y cuadrillas pro mota han bombardeado con propaganda las principales ciudades del estado para promover lo que bien podría definirse es la «causa verde».
«Esta es una campaña completamente profesional», dijo a MILENIO Mauricio Garzón, coordinador de la campaña a favor de la Propuesta 19 y considerado una especie de gurú de elecciones en California, con varios comicios a favor de los derechos civiles y medio ambientales bajo el brazo (ésta es su novena campaña).
En el camino hacia terminar con la prohibición sobre la mariguana, explicó, el voto latino y en especial el de los mexicano-americanos se han establecido como núcleos cruciales debido a su tamaño, con 35 por ciento de la población catalogada como hispana. Se busca convencerlos de apoyar la legalización con un argumento sencillo, directo al corazón: la guerra de las drogas en México.
«Estamos hablando con los latinos del tema, porque para ellos es muy importante. Sesenta por ciento de las ganancias de los carteles mexicanos de la droga vienen de los precios artificiales, de prohibición, que hemos creado con el mercado ilegal de la mariguana. Nuestro argumento es que legalizarla en California ayudará a México, porque quitará margen de ganancia al crimen organizado», señaló Garzón.
El experimento californiano en pos de la legalización de la mariguana no es reciente ni tiene poco años de existencia y se extiende a un movimiento gradual que ha llevado a California a ser una entidad de ruptura en lo que a la droga se refiere: fue el primer estado de la Unión Americana en despenalizar su posesión en 1976 y nuevamente fue pionero en 1996, cuando aprobó el uso de la cannabis como medicina.
A catorce años de haber sido aprobada también vía boleta como medicamento para un sinfín de enfermedades -desde depresión hasta cáncer, sida, reumas y ansiedad, por mencionar algunos de sus usos-, el estado parece listo para dar un nuevo salto. Pero éste le pondrá en ruta de colisión con el gobierno federal estadunidense, en Washington.
Los expertos legales prevén una batalla legal similar a la que recientemente enfrentó a Arizona y Washington en las cortes debido a la ley SB1070, la llamada ley cazamigrantes. La explicación es simple: si bien la ley estatal californiana considerará a la mariguana legal, la ley federal seguirá definiéndola como una sustancia controlada. Habrá una contradicción legal entre estado y Federación.
«Si la Propuesta 19 pasa, sería una violación de la ley federal», dijo el juez federal Jim Gray, un ex guerrero de la guerra contra las drogas que, después de pasar 25 años como fiscal antinarcóticos, ha dado un vuelco de 180 grados y ahora apoya la legalización total de la mariguana.
Ciertamente, a diferencia de la administración de George W. Bush, el gobierno de Obama no ha querido retar el uso de la cannabis medicinal y prácticamente canceló las redadas de la DEA contra los distribuidores de cannabis en el estado.
La posición asumida en torno a la mariguana medicinal en California por el procurador general de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder, quizá sirva de adelanto de lo que podría pasar si la cannabis vence en las urnas en noviembre próximo.
«Para mí no es una prioridad usar recursos federales para perseguir a pacientes que tienen enfermedades serias o a quienes les dan atención y que cumplen con las leyes estatales sobre mariguana», dijo en 2009.
En espera de si la contradicción se llega a dar, algo es cierto: California quiere -y avanza a pasos agigantados- hacia una «revolución verde», la primera de su tipo en todo el continente.